Esmeralda Banacloy Martínez

Fisioterapeuta

Autora de: Libro Diatermia Capacitiva y Resistiva y Cursos Online de Therapy Global Solutions

TRATAMIENTO CON DIATERMIA EN MAMOPLASTIA DE AUMENTO. CONTRACTURA CAPSULAR PERIPROTÉSICA

Las cirugías plásticas realizadas en la mama pueden ser básicamente de dos tipos: estéticas o reparadoras. Las mamoplastias más frecuentes son las que buscan modificar su tamaño, bien para aumentarlo o para disminuirlo, aunque también se está incrementando la demanda de  intervenciones cuya finalidad es elevar y mejorar la forma de la mama, por ejemplo tras un embarazo o la lactancia.

No obstante, la mamoplastia de aumento, para mejorar la silueta, armonizar el tamaño de los pechos, corregir defectos congénitos o reconstruirlos tras una mastectomía, es la intervención más realizada.

Cuando lo que se pretende es aumentar una o varias tallas el tamaño del pecho el cirujano realiza una incisión, bien en la areola, la axila o en el surco debajo del pecho, a través de la cual se levanta el tejido mamario, creándose un bolsillo. La prótesis puede situarse justo debajo de la glándula, entre el músculo pectoral, y el plano costal o subfascial, es decir entre la aponeurosis y el músculo pectoral. Tanto la vía de introducción como la ubicación de la prótesis dependerá de la valoración y/o preferencia del cirujano.

Como en toda intervención quirúrgica los tejidos sufren una agresión y el paciente corre el riesgo de padecer complicaciones, tales como intolerancia a las suturas, pérdida de la sensibilidad, mala cicatrización, aparición de hematomas, seromas tardíos, infección alrededor de la prótesis, pliegues u ondulaciones en la parte lateral de la mama y en el escote (efecto rippling), contractura capsular y ruptura de la prótesis.

Lo que es prácticamente inevitable tras la intervención es que el paciente experimente durante unos días molestias de diversa índole, tales como dolor en el pecho, sobre todo si la implantación de la prótesis es submuscular, y en la zona de la cicatriz, inflamación, la aparición de hematomas, seromas, alteraciones de la sensibilidad e incluso fibrosis del pectoral y contracturas musculares en espalda y cuello. Por ello, nuestra intervención se vuelve muy necesaria para aliviar toda esta sintomatología. La aplicación de terapia manual, cinesiterapia y diatermia puede acelerar en la medida de lo posible el proceso de recuperación, la vuelta a las actividades de la vida diaria e incrementar la satisfacción del paciente en cuanto a los resultados de la intervención.

La diatermia es la técnica de electroterapia que puede llegar a introducir mayor cantidad de energía por unidad de tiempo, convirtiéndola en una herramienta muy potente a la hora de recuperar los tejidos dañados, ya que produce efectos térmicos, bioquímicos y mecánicos. La hipertermia profunda generada da lugar a cambios químicos y fisiológicos, tanto a nivel del sistema nervioso autónomo, induciendo una hiperemia como respuesta fisiológica, como en las propiedades del tejido conectivo al aumentar su extensibilidad y disminuir la viscosidad. Por otra parte, el importante incremento de la macrocirculación va a favorecer la oxigenación y nutrición de los tejidos.

Al mismo tiempo  la diatermia también nos permite trabajar patología en estado agudo, buscando no tanto una elevación significativa de la temperatura en el tejido diana sino más bien un efecto bioestimulante que favorecerá los procesos de cicatrización, incrementando ligeramente la microcirculación, lo cual nos va a ayudar tanto a  modular la inflamación como a favorecer la circulación hemolinfática, contribuyendo así al drenaje del líquido intersticial, seromas y hematomas, paliando de esta forma el dolor tanto a nivel molecular como compartimental, al disminuir la congestión tisular y la concentración de cininas y toxinas.

TRATAMIENTO PREOPERATORIO CON DIATERMIA

Es labor del terapeuta realizar un tratamiento preoperatorio con carácter preventivo, para preparar los tejidos y que el cirujano los encuentre en las mejores condiciones posibles. La finalidad de este será mejorar la calidad de los tejidos, aumentando su hidratación, elasticidad, firmeza y nutrición, al tiempo que favorecemos el drenaje linfático y la eliminación de toxinas, disminuyendo así el riesgo de complicaciones. Para ello utilizaremos la modalidad capacitiva.

Aplicación del electrodo capacitivo: desplazaremos el electrodo mediano o el grande sobre ambos senos, evitando la zona de la areola, musculatura pectoral y parte anterior y lateral de la parrilla costal, realizando pases hacia las axilas, para favorecer el drenaje. Podemos utilizar cremas con efecto nutritivo e hidratante.

Colocación de la placa pasiva: en principio utilizaremos una geometría transversal, colocando la placa de retorno a nivel dorsal.

Tiempo de tratamiento total: 15 minutos por cada seno.

Intensidad: como lo que pretendemos es incrementar tanto la macro como la microcirculación, programaremos nuestro equipo con una potencia tal que la paciente perciba una sensación térmica agradable y suave, grado II.

Frecuencia: ya que vamos a trabajar la piel, la glándula mamaria y planos musculares no muy profundos programaremos el equipo con frecuencias intermedias, entre 470 y 700KHz.

Este tipo de tratamiento está muy recomendado en aquellos pacientes con tendencia a desarrollar cicatrices hipertróficas y/o queloides.

TRATAMIENTO POSTOPERATORIO

Una vez la paciente ha sido dada de alta de la clínica a las 48-72 horas podemos comenzar con el tratamiento postoperatorio, siempre con el consentimiento del cirujano. Los objetivos de nuestro tratamiento serán disminuir el dolor, modular la inflamación ocasionada tras la cirugía, ayudar a reabsorber los hematomas, drenar los seromas y aliviar las contracturas musculares.

Es normal que la paciente experimente dolor, sobre todo las 2 primeras semanas, e inflamación, que poco a poco irá remitiendo hacia la cuarta semana. Si el implante es submuscular el pectoral tardará un poco más en sanar, aproximadamente 3 meses, por ello nuestro tratamiento con diatermia ayudará a aliviar enormemente todos estos síntomas y acelerará el proceso de recuperación, al favorecer la proliferación vascular, activar la producción de fibroblastos, aumentar la velocidad del metabolismo celular e incrementar la oxigenación tisular. Todo ello favorecerá el proceso de cicatrización y disminuirá la posibilidad de sufrir una contractura capsular.

Aplicación del electrodo capacitivo:  en un principio comenzaremos a tratar las posibles contracturas musculares, desplazando el electrodo mediano sobre la musculatura de trapecios y zona superior de los pectorales para relajarlos y aliviar las tensiones. Pasados unos días, y cuando el especialista lo considere adecuado, procederemos a tratar ambos senos. Una vez retirada la sutura también podremos empezar a trabajar sobre las cicatrices.

Colocación de la placa pasiva: en principio utilizaremos una geometría longitudinal corta, cinchando la placa de retorno a nivel dorsolumbar.

Tiempo de tratamiento total: 15 minutos en la musculatura tensa, dolorida o acortada y unos 12 minutos por seno.

Intensidad: tal y como hemos comentado en anteriores artículos lo importante no es a qué intensidad debo programar el equipo, sino qué sensación térmica ha de experimentar mi paciente durante el tratamiento para obtener el efecto deseado. En el caso de las contracturas musculares trabajaremos con sensaciones térmicas moderadas, grado II-III, para conseguir el efecto miorrelajante buscado, es decir, que nuestro paciente percibirá una sensación de calor intenso, pero a la vez agradable.

Sin embargo, cuando trabajemos sobre los senos, evitando las suturas y la areola, lo haremos en las primeras sesiones buscando una sensación atérmica, grado I, ya que estamos en una fase aguda, con la finalidad de producir un efecto bioestimulante, analgésico y de mejora del trofismo tisular. Si nuestro equipo dispone de programa especial atérmico será el que seleccionaremos como primera opción. En caso de no disponer de este, recomendamos utilizar un programa pulsado, para poder trabajar con un poco de potencia; pero sin que llegue a producirse un aumento tangible de la temperatura. Conforme vaya instaurándose la mejoría y disminuyendo la inflamación podremos aumentar ligeramente la potencia, buscando sensaciones térmicas suaves, grado II.

Frecuencia: ya que vamos a trabajar tanto la piel, la glándula mamaria y planos musculares no muy profundos programaremos el equipo con frecuencias intermedias, entre 470 y 700KHz.

Hay que tener en cuenta que en durante las primeras sesiones la paciente tendrá la zona muy sensible y dolorida, por lo que recomendamos hacer un contacto pleno con el electrodo, pero sin ejercer una presión que pueda resultar molesta.

Recomendamos realizar tratamiento a días alternos durante las dos primeras semanas. Pasado este periodo, y conforme vaya mejorando la sintomatología, iremos distanciándolas en el tiempo, a razón de una semanal hasta completar el primer mes y medio.

La paciente deberá utilizar durante las cuatro primeras semanas un vendaje compresivo que inmovilice el pecho o un sujetador ortopédico, especialmente diseñado para este fin, las 24 horas del día.

Recomendaciones para casa

  • La paciente debe guardar un reposo relativo durante las dos primeras semanas, se aconseja limitar la actividad física y no levantar pesos con los brazos por encima de la cabeza durante los primeros 30 días. Tras los 2 meses se puede comenzar a hacer ejercicio tipo running y a los 3 meses ya podrá practicar disciplinas que impliquen directamente a las extremidades superiores, pero siempre de forma progresiva.
  • Además de hacer el tratamiento con diatermia, durante los tres primeros meses se deberá realizar diariamente un masaje que movilice dentro del bolsillo el implante, asegurándose de cubrir todos los cuadrantes, con la finalidad de evitar contracturas capsulares y adherencias. Enseñaremos al paciente a auto masajearse suavemente los senos sin presionar sobre las prótesis, ni realizar maniobras de amasamiento, practicando movimientos firmes y circulares del implante, desplazándolo por todos los cuadrantes del bolsillo sin forzar los límites.

  • En lo que se refiere a los cuidados de las cicatrices, señalar que se debe:
    • Limpiarlas con antisépticos y secarlas con toque suaves.
    • Masajearlas e hidratarlas.
    • Evitar la exposición solar los seis primeros meses tras la intervención.
    • Evitar fumar unas semanas antes y después de la intervención, con la finalidad de no perjudicar la circulación y favorecer el proceso de cicatrización.

TRATAMIENTO CON DIATERMIA DE LAS CONTRACTURAS CAPSULARES PERIPROTÉSICAS

Aunque se ha avanzado mucho en la investigación y diseño de las prótesis, haciéndolas de materiales mucho más biocompatibles y con superficies rugosas que dificulte la fibrosis, hemos de tener en cuenta que alrededor de un 5% de las intervenciones de aumento de pecho, en las que se utiliza dichas prótesis, acaba produciéndose un engrosamiento de la cápsula de fibrina que el  propio organismo forma alrededor de la prótesis, sobre todo si el tamaño de esta supera los 350ml y se ha realizado una incisión axilar o en el surco inferior de la mama. Las contracturas dan lugar a un progresivo endurecimiento de la mama, llegando incluso a deformarla, y no tienen por qué presentarse en ambos pechos. En función de la gravedad de la contractura podemos distinguir IV grados según la escala de Baker. En los tres primeros grados el tratamiento conservador es el indicado, y la diatermia va a ser una herramienta esencial.

En aquellos casos en los que se haya producido una contractura de la cápsula periprotésica el tratamiento de elección será la diatermia en su modalidad resistiva. Tanto las contracturas pectorales como las fibrosis y adherencias reaccionan muy positivamente al tratamiento diatérmico, utilizando potencias medias-altas y buscando sensaciones térmicas elevadas, aunque nunca molestas, ya que además de aumentar la extensibilidad de los tejidos, disminuye la contractura y tiene un potente efecto fibrinolítico. Por ello, la modalidad resistiva también está recomendada en alteraciones de la cicatrización, tanto en el caso de que se vuelvan hipertróficas como queloides.

Previamente al tratamiento resistivo recomendamos vascularizar el seno a tratar y la musculatura pectoral con la modalidad capacitiva, buscando sensaciones térmicas agradables, grado II, durante unos 7 o 10 minutos. A continuación, comenzaremos con la aplicación de tratamiento resistivo.

Aplicación del electrodo resistivo:  aplicaremos el electrodo de tamaño medio por toda la zona contracturada, endurecida y con movilidad restringida. Se recomienda realizar un ligero masaje y movilización suave, pero firme, de la prótesis. El tratamiento capacitivo previo favorecerá la disminución de la viscosidad del tejido conectivo, aliviará el dolor y relajará la musculatura, por lo que nos facilitará el trabajo con las movilizaciones y la aplicación de la modalidad resistiva.

Colocación de la placa pasiva: en principio utilizaremos una geometría transversal, colocando la placa a nivel interescapular.

Tiempo de tratamiento total: de 15 a 20 minutos por seno.

Intensidad: para tratar las adherencias y fibrosis trabajaremos con sensaciones térmicas elevadas, grado III.

En caso de que el paciente note una sensación de calor o presión demasiado intensa o molesta, podemos probar a utilizar un programa pulsado, para que el tejido tenga un tiempo de “respiro” y le permita refrigerarse pese a trabajar con potencias altas, de esta forma la sensación térmica no será tan intensa; pero sí tendrá el efecto buscado.

Frecuencia: para alcanzar planos profundos lo recomendado es trabajar con frecuencias bajas, 400-470KHz.

En función de la gravedad de la capsulitis realizaremos los tratamientos con mayor o menor asiduidad. En principio en los encapsulamientos de la prótesis de mama de primer y segundo grado realizaremos sesiones en días alternos durante las 6 primeras semanas, y conforme se vaya instaurando la mejoría podremos ir distanciándolas en el tiempo. Por el contrario, en casos más graves, tipo III según la escala de Baker, el tratamiento debe ser diario durante el primer mes y poco a poco lo iremos espaciando hasta la completa recuperación. En el grado IV, cuando la mama está dura, es dolorosa y se ha deformado, probablemente sólo la cirugía podrá solucionarlo.

En el caso de que la paciente sufra una infección tras la intervención, en primer lugar, habrá que tratarla con el antibiótico indicado por el especialista, y una vez esta haya remitido podremos trabajar con la diatermia. Hemos de recordar que las infecciones son una de las contraindicaciones del uso de esta.

Somos especialistas en Diatermia-Radiofrecuencia-Tecarterapia.

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