Esmeralda Banacloy
Fisioterapeuta. Autora del Libro Diatermia Capacitiva y Resistiva
DIATERMIA / RADIOFRECUENCIA EN EL TRATAMIENTO DE LAS ÚLCERAS VARICOSAS
Las úlceras venosas, conocidas comúnmente como varicosas o úlceras de estasis, representan el 80-90% de las úlceras vasculares. Son lesiones crónicas epiteliales y de los tejidos adyacentes debidas a una insuficiencia venosa crónica. Se dan fundamentalmente en las extremidades inferiores. Esto significa que las válvulas de la venas de las piernas no funcionan correctamente, y no pueden devolver la sangre al corazón de manera efectiva. Cuando la sangre se acumula en las venas de las piernas, la presión aumenta y puede causar daño a los tejidos. Este daño puede provocar la formación de una úlcera. Suelen producirse en la parte más distal de las pantorrillas, en el área supra maleolar interna y perimaleolar. Son más comunes en mujeres que en hombres.
El diagnóstico de las úlceras se suele realizar mediante un examen físico. El especialista también puede realizar pruebas para determinar la gravedad de la úlcera y descartar otras causas de las lesiones, como la infección.
Los factores que aumentan el riesgo de desarrollar úlceras varicosas incluyen:
- Herencia: antecedentes familiares de insuficiencia venosa.
- Edad avanzada.
- Varices
- Sobrepeso u obesidad
- Embarazo
- Estancia prolongada de pie o sentado
- Inactividad física
- Trastornos hormonales
- Fármacos que debilitan las paredes de las venas
- Tabaquismo
También pueden ser de dos tipos, según su profundidad:
- Úlceras superficiales: afectan a la piel y la capa más superficial del tejido subyacente.
- Úlceras profundas: afectan a capas más profundas de tejido, como el músculo y el hueso.
Los primeros síntomas de una úlcera varicosa suelen ser picazón, enrojecimiento y dolor en la parte inferior de la pierna, secreción y mal olor, pudiendo estar rodeada de tejido inflamado y necrótico. Cursan con una dermatitis secundaria a una hipertensión venosa. Se caracterizan por evolucionar de forma insidiosa, con dificultad para cicatrizar y con tendencia a la recidiva.
El desarrollo de una úlcera varicosa se divide en cuatro etapas distintas:
Etapa 1: Edemas y dermatitis ocre
En esta etapa inicial, la insuficiencia venosa crónica se manifiesta con edema (hinchazón) en la parte inferior de las piernas, principalmente en el tobillo y el pie. Además, la piel puede presentar pigmentación marrón oscura (dermatosis ocre), debido a la extravasación de eritrocitos (glóbulos rojos) y la acumulación de hemosiderina (un pigmento que se produce cuando los glóbulos rojos de la sangre se descomponen). El edema puede causar hinchazón, dolor y pesadez en las piernas.
Etapa 2: Dermatosis eczematosa
Con el paso del tiempo, la dermatitis ocre se intensifica, adquiriendo un tono más oscuro o verdoso y afectando a una mayor superficie de la piel. Paralelamente, la piel se vuelve más delgada y frágil, aumentando el riesgo de lesiones y la formación de úlceras. La dermatitis ocre puede causar picazón y sensación de ardor.
Etapa 3: Dermatitis liquenificada
En la tercera etapa, la piel se vuelve engrosada y dura, y puede aparecer una capa de tejido cicatricial. La piel se vuelve menos flexible y puede causar dolor y dificultad para caminar.
Etapa 4: Úlcera profunda y persistente
La úlcera varicosa se forma cuando la piel se lesiona, ya sea por fricción, traumatismo o una simple raspadura. La lesión permite que la sangre que se encuentra en las venas varicosas se filtre hacia la piel, lo que inicia el proceso de formación de la úlcera. Esta suele ser superficial y poco profunda, pero puede presentar exudado (secreción líquida) si se infecta. La úlcera puede alcanzar varios centímetros de diámetro y presentar un fondo irregular y exudado abundante.
Es importante destacar que las úlceras varicosas pueden progresar de una etapa a otra si no se toman medidas para tratar la insuficiencia venosa crónica. Por lo tanto, es crucial consultar con un médico especializado para recibir el diagnóstico y tratamiento adecuado.
Las úlceras varicosas pueden causar complicaciones, como:
- Infección
- Hemorragia
- Infección ósea
- Insuficiencia cardíaca
- Gangrena
El tratamiento oportuno de las úlceras varicosas puede ayudar a prevenir complicaciones.
Las úlceras varicosas pueden ser difíciles de tratar y tardar meses o incluso años en curarse, ya que el riesgo de infección es grande. El tratamiento puede ser costoso y requerir un cuidado constante. En algunos casos, puede ser necesario realizar cirugía para eliminar las venas varicosas.
El tratamiento de las úlceras varicosas se centra en mejorar la circulación de las piernas y varía en función de la gravedad de la lesión.
En el caso de las úlceras varicosas leves, puede consistir en:
- Elevar las piernas;
- Medidas de compresión;
- Vendajes;
- Aplicar ungüentos o cremas para promover la cicatrización;
- El uso de medicamentos para mejorar la circulación;
- Hacer ejercicio de forma regular;
- Perder peso;
- Limpiar la herida regularmente;
- Evitar la exposición al sol;
- Aplicar técnicas de electroterapia como la presoterapia, el láser y la diatermia
En el caso de las úlceras varicosas graves, puede ser necesario realizar una cirugía para eliminar/reparar las venas varicosas. Los tipos de cirugía más comunes para las úlceras varicosas son:
- La escleroterapia: se inyecta un medicamento en las venas varicosas para que se cierren.
- La flebectomía: se extirpan las venas varicosas mediante cirugía.
Para prevenir las úlceras varicosas debemos reducir el riesgo de insuficiencia venosa crónica. Esto se puede hacer mediante:
- Mantener un peso saludable.
- Evitar estar de pie o sentado durante períodos prolongados.
- Elevar las piernas cuando esté sentado.
- Evitar el tabaco.
- Evitar el uso de ropa ajustada
- Usar medias de compresión si tiene antecedentes familiares de insuficiencia venosa crónica.
Las personas con mayor riesgo de desarrollar úlceras varicosas deben seguir estas medidas con especial cuidado.
TRATAMIENTO CON DIATERMIA PARA LAS ÚLCERAS
Las úlceras varicosas son uno de los tratamientos dermátofuncionales que se pueden llevar a cabo con diatermia. El leve aumento de la temperatura que vamos a provocar al aplicar la diatermia tiene una serie de efectos beneficiosos en las úlceras, como:
- el aumento de la circulación sanguínea. Al mejorar el flujo sanguíneo en la zona afectada ayudaremos a incrementar la saturación de oxígeno e incrementar los nutrientes en los tejidos, lo que favorecerá su reparación.
- la reducción de la inflamación ayuda a eliminar desechos y toxinas de la zona afectada. Esto también ayudará a prevenir la infección
- disminución del dolor, mejorando la calidad de vida del paciente.
- la estimulación del metabolismo celular acelerará la cicatrización de la úlcera, al tiempo que previene la infección.
La diatermia está indicada para el tratamiento de las úlceras de diversas causas, como:
- Úlceras venosas: son las más frecuentes.
- Úlceras arteriales:debidas por una obstrucción de las arterias de las piernas. No trataremos arteriopatías moderadas-graves, o si se sospecha la presencia de trombos.
- Úlceras diabéticas: en las que deberemos tener un cuidado extremo, debido a la falta de sensibilidad térmica y/o dolorosa que sufren muchos de los pacientes diabéticos.
- Úlceras por presión:Las úlceras por presión se producen por una presión prolongada sobre la piel.
Efectividad de la diatermia en úlceras venosas. La diatermia capacitiva y resistiva es un tratamiento seguro y bien tolerado por los pacientes. Hay que tener en cuenta que la edad del paciente y la cronicidad de la lesión va a determinar la evolución de esta. En estudios realizados, se ha demostrado que la diatermia puede acelerar la cicatrización de las úlceras, reducir su tamaño y mejorar su apariencia.
En un estudio publicado en la revista The Journal of Wound Care, se evaluó la eficacia de la diatermia en el tratamiento de las úlceras venosas de la pierna. Los resultados del estudio mostraron que la diatermia redujo significativamente el tamaño de las úlceras y aceleró su cicatrización.
En otro estudio publicado en la revista Diabetes Care, se evaluó la eficacia de la diatermia en el tratamiento de las úlceras diabéticas. Los resultados del estudio mostraron que la diatermia redujo significativamente el dolor y la inflamación de las úlceras, y aceleró su cicatrización.
La diatermia se puede utilizar como tratamiento único o como complemento de otros tratamientos, como la terapia de compresión o el desbridamiento.
PROTOCOLO DE TRATAMIENTO CON DIATERMIA CAPACITIVA Y RESISTIVA
Aplicación del electrodo capacitivo: lo desplazaremos alrededor de la úlcera, pero nunca directamente sobre ella. Elegiremos el electrodo de tamaño medio, aproximadamente 50mm. Previamente habremos extendido por la piel una capa generosa de crema de radiofrecuencia. Muy importante que el paciente esté bien hidratado.
Colocación de la placa pasiva: el objetivo fundamental del tratamiento es incrementar el riego sanguíneo para conseguir regenerar el tejido y acelerar la cicatrización, por lo que recomendamos realizar una geometría longitudinal media o larga, según los casos. Se recomienda extender una ligera capa de crema sobre la superficie de la placa que va a estar en contacto con la piel del paciente.
Tiempo de tratamiento total: variará en función de la extensión de la zona a tratar, y de si realizamos sólo el tratamiento resistivo o combinado con el capacitivo. El tiempo total de la sesión será aproximadamente de 20-30 minutos.
Intensidad: trabajaremos con potencias baja, buscando sensaciones térmicas muy bajas, Grado I-II, o incluso atérmicas las primeras sesiones. También podemos seleccionar el programa especial atérmico o pulsado 50 en capacitivo para trabajar con un poco más de potencia, pero sin elevar la sensación térmica. En pacientes que tengan alterada la sensibilidad térmica y dolorosa, no podrán darnos un feedback fiable de su percepción, por lo que debemos extremar las precauciones, y varias veces a lo largo de la sesión del tratamiento tendremos que medir la temperatura con un termómetro de infrarrojos, tocar con nuestra mano la zona que estamos tratando y comprobar la información que nos da el display de nuestro equipo, para asegurarnos que en ningún momento sobrepasamos la sensación térmica adecuada para este tipo de tratamientos, ya que si trabajamos con una potencia excesiva y/o sensaciones térmicas elevadas podremos complicar el cuadro y producir una quemadura.
Frecuencia: dependerá de la profundidad y extensión de la úlcera. En escaras o úlceras profundas se recomienda trabajar con frecuencias medias-bajas, sobre 448-700KHz, en las superficiales nos quedaremos con una frecuencia intermedia de 0,7MHz.
Periodicidad de las sesiones: las dos primeras semanas trabajaremos diariamente o en días alternos, tras la segunda semana de tratamiento lo recomendado sería un par de sesiones hasta que veamos que ha cicatrizado la úlcera.
Aplicación del electrodo resistivo: en el tratamiento de las úlceras venosas de miembros inferiores podemos realizar un tratamiento resistivo, dejando el electrodo fijo en la planta del pie en un lugar donde no haya heridas o desplazándolo cuidadosamente por la planta del pie. Si realizamos un tratamiento estático podemos utilizar el electrodo de mayor diámetro, en caso de ser una aplicación dinámica lo recomendable sería el de tamaño medio. Los electrodos resistivos convexos se adaptan muy bien a esta zona del pie. La modalidad resistiva va a calentar tejidos poco hidratados o vascularizados como los ligamentos, huesos, fascia, tendones y nervios. En el pie y la pantorrilla hay una gran cantidad de estos tejidos, por lo que al elevar ligeramente la temperatura el cuerpo responderá mandando una gran cantidad de sangre arterial a esta zona para enfriarlos. La modalidad resistiva también se puede utilizar en úlceras que están sobre protuberancias óseas, con la finalidad de calentar el hueso; pero sin llegar a pasar el electrodo por encima de la úlcera.
Colocación de la placa pasiva: en úlceras en los miembros inferiores podemos aplicar una geometría longitudinal media o larga, colocando la placa en gemelos o en isquiotibiales si el paciente está en decúbito supino, o en cuádriceps si está en decúbito prono. Es recomendable extender una ligera capa de crema sobre la superficie de la placa que va a estar en contacto con la piel del paciente. En el caso de una escara en el sacro pondríamos la placa de retorno en la zona baja del abdomen, para realizar un tratamiento transversal y calentar bien toda la pelvis
Tiempo de tratamiento total: variará en función de la extensión de la zona a tratar, y de si realizamos sólo el tratamiento resistivo o combinado con el capacitivo. El tiempo total de la sesión será aproximadamente de 20-30 minutos.
Intensidad: trabajaremos buscando sensaciones térmicas muy suaves, Grado I-II.
Frecuencia: cuando realicemos un tratamiento en la planta del pie con la finalidad de aumentar ligeramente la temperatura de toda la extremidad inferior se recomienda aplicar una frecuencia baja.
Muy importante recordarle al paciente que debe estar bien hidratado y ha de beber, al menos un par de vasos de agua, antes de acudir al tratamiento con diatermia.
Deberemos tener en cuenta las contraindicaciones, tanto absolutas como relativas de la aplicación de la diatermia. El tratamiento está contraindicado en arteriopatías graves, sospecha de presencia de trombos, pacientes que tomen anticoagulantes, flebitis, en aquellas úlceras que tienen tendencias hemorrágicas, y si hay infección, en cuyo caso primero se deberá realizar el tratamiento farmacológico adecuado, y una vez superada podremos aplicar la diatermia. En caso de duda, siempre se ha de consultar al especialista en patología vascular la idoneidad del tratamiento.