Esmeralda Banacloy Martínez.
Francisco Barrios Marco.
Fisioterapeutas.
Autores del Libro Diatermia Capacitiva y Resistiva
DIATERMIA / TECARTERAPIA CONTRA EL DOLOR
Es dolor es uno de los síntomas que más molesta y preocupa a los pacientes. Durante todos los años que hemos ejercido la fisioterapia en nuestra clínica, la mayoría de ellos han acudido a nosotros por tener un dolor intenso o insidioso, que no cedía con la medicación convencional, y si lo hacía, el efecto analgésico duraba poco tiempo ya que no lograba eliminar la causa.
Si bien es cierto, que desde el punto de vista del terapeuta, tratar este síntoma no es la única prioridad, no lo es menos que sí conseguimos aliviarlo o eliminarlo, el paciente agradece el alivio del dolor y la confianza que tenga en nuestra terapia se verá aumentada.
El síntoma dolor es una respuesta de nuestro organismo ante una agresión. Un agente nocivo estimula las terminaciones nerviosas sensitivas, que se encargan de informar al cerebro de un posible daño en una determinada zona corporal.
Decimos que es una sensación subjetiva porque ante la misma agresión cada individuo experimenta la sensación dolorosa con distinta intensidad y mayor o menor desagrado. Es lo que conocemos como umbral del dolor. Hay pacientes que lo tienen muy bajo, una pequeña agresión les resulta intolerable, otros muy alto, por lo que su percepción dolorosa es menor y les cuesta sentir con claridad el grado de lesión que están sufriendo.
El dolor puede ser agudo o crónico, continuo o intermitente, localizado o difuso, que se exacerba con el movimiento, el estiramiento o la presión, podemos experimentarlo como una sensación de quemazón, escozor, picazón, opresión, calambre, pesadez…. y un largo etc.
El dolor puedes dificultarnos realizar las actividades de la vida diaria, interrumpe el descanso nocturno y nos aboca a ingerir medicamentos de forma continua, que a la larga ocasionan más daños que el síntoma en sí.
Lo que en un principio es beneficioso, ya que es una señal de alarma, puede convertirse en una verdadera tortura. En ocasiones se mantiene en el tiempo, a veces incluso cuando la causa que lo originara ya ha desaparecido, disminuyendo considerablemente nuestra calidad de vida.
En fisioterapia la mayoría de las patologías que tratamos tienen su origen en un proceso traumático o degenerativo, provocando dolores de origen:
Neurológico (Radiculopatías)
Mecánico o estructural (Artrosis, escoliosis)
Bioquímico o Metabólico (Artritis, Gota)
Como ya hemos mencionado en otros artículos, la diatermia es una herramienta muy potente y eficaz a la hora de tratar el dolor.
La clave no es tanto el tipo de corriente: diferente a la de un Tens, las corrientes de Trabert o el láser, como la diversidad de mecanismos de acción que posee la Tecarterapia/diatermia para luchar contra el síntoma dolor.
- Según la teoría de la compuerta, los termoreceptores cutáneos al ser estimulados inhiben a nivel medular la sensación del dolor, tal y como ocurre con las corrientes TENS.
- El aumento de la temperatura cutánea disminuye directamente la sensación de dolor por los cambios que se producen en la conducción periférica y en el umbral del dolor.
- En muchas ocasiones el dolor está ligado a la compresión y la inflamación. Como sabemos, al aumentar del drenaje venoso y linfático contribuimos a disminuir la presión intersticial y ello propicia la disminución de la sensación dolorosa.
- El incremento de la hiperemia provoca un barrido en la zona tratada de sustancias algógenas (histamina, sustancia P, potasio y prostaglandinas), disminuyendo su concentración, por lo que también contribuye a disminuir la percepción del dolor.
- Liberación local, casi instantánea durante la aplicación del tratamiento, de neurotransmisores y neuropéptidos como son el cortisol y las endorfinas.
- Todo ello conlleva una acción sedante y relajante general en el paciente, por lo que le resultan muy agradables las sesiones de tratamiento con esta técnica.
- La aplicación de la diatermia capacitiva ayuda a romper el círculo vicioso de contractura-dolor-mayor contractura refleja. La técnica capacitiva aplicada en las contracturas musculares logra disminuir el hipertono, la hipoxia y normalizar el pH, con lo que al poco tiempo de aplicarla notamos como el músculo se releja. Al ceder la contractura disminuye también la sensación dolorosa.
No todos estos mecanismos antálgicos tienen la misma duración en el tiempo. El aumento de la temperatura en los tejidos tratados y en la superficie de la piel va a durar unos minutos una, vez finalizada la sesión de radiofrecuencia/diatermia, por lo que conforme se vaya normalizando la temperatura el primer y segundo mecanismo dejarán de actuar.
Lo mismo ocurrirá con la liberación de endorfinas y la activación del sistema parasimpático, que tampoco tendrán un efecto muy duradero en el tiempo. Sin embargo, la disminución del dolor producida por el barrido de sustancias, la disminución de la inflamación y la relajación muscular tendrán un efecto mucho más largo y permanente.
En función de la situación del paciente y su patología, programaremos sesiones más o menos frecuentes para intentar mantener este efecto antálgico, mientras se va produciendo la recuperación de la lesión.
También cabe destacar, que el hecho de que el paciente perciba menos dolor mientras está recibiendo el tratamiento, nos beneficia a ambos, ya que al no estar tan molesto es capaz de colaborar más activamente con la terapia, facilitando nuestra labor y acelerando el proceso de rehabilitación.
Por otro lado, en función de la técnica de aplicación de la diatermia que utilicemos durante la sesión de tratamiento, conseguiremos que el efecto antálgico sea más o menos duradero.
Por norma general, un tratamiento denominado “atérmico” conseguirá que la analgesia dure más. Estamos hablando de trabajar durante toda la sesión con una sensación térmica del paciente grado 1. Puede ser aplicando la técnica capacitiva, la resistiva o una combinación de ambas.
Si por el contrario, trabajamos “térmico” o con sensación grado 2, el efecto será prolongado pero menos que en caso anterior. Un ejemplo sería cuando tratamos una contractura muscular o un edema producido por ejemplo por un esguince. La recomendación en estos casos es aplicar la técnica capacitiva, aumentando ligeramente la temperatura de los tejidos tratados pero sin llegar a sobrecalentarlos.
Por último destacar que cuando trabajamos “hipertérmico” o aplicando la técnica que se conoce como realizar tres máximos, el efecto es muy potente; pero poco duradero. Con esta técnica se suele aplicar la diatermia resistiva, de forma estática o dinámica y llegando a sensaciones térmicas grado 3-4.