Esmeralda Banacloy Martínez. Fisioterapeuta
Autora del Libro DIATERMIA CAPACITIVA Y RESISTIVA
DIATERMIA / RADIOFRECUENCIA EN EL TRATAMIENTO DE LA ROSÁCEA Y LA CUPEROSIS
La rosácea es dermatosis crónica, que afecta a un 10% de la población, principalmente a adultos entre 30 y 50 años, siendo más común en mujeres de piel clara.
Hay varios tipos de Rosácea, deberemos adecuar los cuidados a cada tipo:
- Eritromatoso-telangiectásica: es el tipo más común de rosácea. Se caracteriza por enrojecimiento facial permanente o intermitente, telangiectasias y, en algunos casos, intolerancia a cosméticos habituales o ardor.
- Pápulo-pustulosa: se caracteriza por la aparición de pápulas eritematosas y/o pústulas. Puede confundirse con el acné, pero a diferencia de este no presenta comedones. En estos casos se requiere de tratamiento antibiótico durante varias semanas.
- Rinofimatosa: puede llegar a causar una deformación de la nariz.
- Ocular: afecta a los ojos en aproximadamente el 50% de los casos de rosácea.
La causa de la rosácea no se conoce con certeza, pero se cree que está relacionada con una combinación de factores, entre ellos:
- Factores genéticos: la rosácea es más común en personas con antecedentes familiares de la afección.
- Factores ambientales: la exposición al sol (la exposición a radiación infrarroja y ultravioleta), los cambios bruscos de temperatura y el estrés pueden desencadenar o empeorar los síntomas de la rosácea.
- Factores bacterianos: Se cree que una bacteria llamada Demodex folliculorum puede desempeñar un papel en la rosácea. También la presencia de microorganismos como ácaros saprofitos, que habitan en glándulas sebáceas y folículos pilosos.
Los síntomas de la rosácea pueden variar de persona a persona y de etapa a etapa de la afección. Los síntomas más comunes incluyen:
- Enrojecimiento facial: el enrojecimiento en la zona de mejillas, labio superior y nariz es el síntoma más característico de la rosácea. Se acompaña de sensaciones de tirantez de la piel, escozor y/o picor. Puede ser permanente o intermitente, y tiende a empeorar con la exposición al sol, el estrés o los cambios bruscos de temperatura.
- Telangiectasias: las telangiectasias son pequeños capilares que se hacen visibles y suelen encontrarse principalmente en la nariz, las mejillas y la frente.
- Pápulas y pústulas: las pápulas y pústulas son lesiones elevadas pequeñas que aparecen en el rostro. Las pápulas son lesiones de color carne o rojo, mientras que las pústulas son lesiones llenas de pus.
- Sequedad ocular, irritación e inflamación palpebral. Los síntomas oculares pueden incluir enrojecimiento, ardor, picazón, lagrimeo, visión borrosa y sensibilidad a la luz.
- Piel engrosada y enrojecida de la nariz: en algunos casos, la piel de la nariz adopta un aspecto bulboso al engrosarse, esto es más frecuente en varones.
Tratamiento
La rosácea no es una afección grave, pero puede ser molesta y afectar la autoestima de las personas que la padecen. No existe cura para esta afección, pero hay tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas. El dermatólogo podrá diagnosticar la afección y recomendar el tratamiento más adecuado:
- Medicamentos tópicos: como el ácido azelaico al 15%, la metronidazol y la ivermectina, pueden ayudar a reducir la inflamación y el enrojecimiento.
- Medicamentos orales: como la doxiciclina, la tetraciclina y la eritromicina, destinados a controlar los síntomas de la rosácea.
- Tratamientos con láser: como el láser de luz pulsada intensa (IPL) o el láser vascular, pueden ayudar a destruir las telangiectasias.
- Tratamiento con diatermia/radiofrecuencia: en este tipo de hipersensibilidad facial lo que buscamos con el tratamientos normalizar la microcirculación periférica y oxigenar los tejidos. Se puede usar geles u extractos líquidos de ginkgo biloba que mejorarán la circulación. Excepto en mujeres que estén lactando, epilepsia y pacientes con tendencia hemorrágica.
Además de los tratamientos, existen una serie de medidas que pueden ayudar a prevenir la aparición o el empeoramiento de la rosácea:
- Proteger la piel del sol: el sol es uno de los principales factores que desencadenan la rosácea. Es importante usar protector solar con un factor de protección solar (SPF) de al menos 30 todos los días, incluso en días nublados. Evitar la exposición prolongada al sol.
- Evitar los desencadenantes: es importante identificar los desencadenantes de la rosácea y evitarlos. Como hemos mencionado, los más comunes son: los cambios bruscos de temperatura, las temperaturas extremas, el estrés, el consumo de alcohol y la exposición a irritantes cutáneos.
- Usar productos de cuidado de la piel suaves y no irritantes.
La cuperosis es una afección más leve que la rosácea. Se caracteriza por un enrojecimiento facial permanente o intermitente, con la presencia de dilataciones de los vasos sanguíneos superficiales de la piel conocidas como telangiectasias. La cuperosis es más común en personas de piel clara, con antecedentes familiares de rosácea o con antecedentes de exposición al sol.
Los síntomas de la cuperosis pueden variar de persona a persona, pero generalmente incluyen:
- Enrojecimiento facial permanente o intermitente
- Presencia de venitas visibles en la cara
- Sensación de ardor o picazón en la cara
La causa de la cuperosis tampoco se conoce con certeza, pero al igual que la rosácea se cree que está relacionada con una combinación de factores, entre ellos:
- Factores genéticos: es más común en personas con antecedentes familiares de la afección.
- Factores ambientales: la exposición al sol, los cambios bruscos de temperatura y el estrés pueden desencadenar o empeorar los síntomas de la cuperosis
Tampoco existe una cura para la cuperosis, pero hay tratamientos paliativos que ayudan a mejorar los síntomas.
Los tratamientos para la cuperosis incluyen:
- Productos tópicos: destinados a reducir la inflamación y el enrojecimiento de la piel con cuperosis. Estos productos suelen contener ingredientes como el ácido azelaico, la niacinamida o el retinol.
- Tratamientos con láser: como el láser de luz pulsada intensa (IPL) o el láser vascular, pueden ayudar a destruir los vasos sanguíneos dilatados. Estos tratamientos son generalmente efectivos, pero pueden ser costosos y requerir varias sesiones para obtener resultados óptimos.
- Tratamiento con diatermia/radiofrecuencia: cuyo objetivo principal es aliviar los síntomas en la medida de lo posible y mejorar la circulación superficial de la cara.
- Cirugía: en casos severos, la cirugía puede ser una opción para eliminar los vasos sanguíneos dilatados.
Consejos para las personas con cuperosis que pueden ayudar a mejorar su apariencia y evitar que la afección empeore:
- Usar protector solar con un factor de protección solar (SPF) de al menos 30 todos los días, incluso en días nublados.
- Evite la exposición prolongada al sol, a las temperaturas extremas y los cambios bruscos de temperatura.
- Evite los desencadenantes de la cuperosis, como el estrés, el consumo de alcohol y la exposición a irritantes cutáneos.
- Use productos de cuidado de la piel suaves y no irritantes.
La rosácea y la cuperosis son dos afecciones cutáneas que se caracterizan por el enrojecimiento facial. Sin embargo, existen algunas diferencias clave entre ambas.
En algunos casos, la cuperosis puede evolucionar a rosácea. Por lo tanto, es importante consu
lr a un dermatólogo si presenta enrojecimiento facial persistente o si los síntomas empeoran con el tiempo.
PROTOCOLO DE TRATAMIENTO CON DIATERMIA PARA LA ROSÁCEA Y LA CUPEROSIS
La rosácea y la cuperosis son dos alteraciones dermatofuncionales que se pueden tratar con diatermia/radiofrecuencia. Esta es una opción eficaz para atenuar o eliminar completamente el enrojecimiento facial causado por la rosácea y la cuperosis. La modalidad capacitiva utiliza un campo electromagnético responsable de cambios fisiológicos en el organismo tales como: una ligera elevación de temperatura del tejido, estimulación tanto de la micro como la macrocirculación, lo que favorecerá la atenuación de los síntomas, mejora la apariencia de la piel y con el paso de las sesiones la reducción de la dilatación de los vasos sanguíneos.
La diatermia tiene varias ventajas sobre otros tratamientos para la rosácea y la cuperosis. Es una opción no invasiva, segura, que no requiere tiempo de inactividad y prácticamente sin efectos secundarios.
Es un tratamiento adecuado para personas con rosácea o cuperosis que buscan una opción no invasiva y eficaz para mejorar el enrojecimiento facial. El tratamiento también puede ser beneficioso para personas con arrugas finas o flacidez facial.
Antes de cada sesión de tratamiento con radiofrecuencia, el paciente debe de haber bebido al menos un par de vasos de agua.
Aplicación del electrodo capacitivo: lo desplazaremos sobre toda la zona afectada, en un principio buscamos un contacto pleno del electrodo manual capacitivo con la superficie a tratar. Elegiremos el electrodo de tamaño medio, aproximadamente 50mm. Previamente habremos extendido por la piel de la cara una capa generosa de crema de radiofrecuencia.
Colocación de la placa pasiva: en principio la ubicación ideal sería a nivel interescapular, aplicando una pequeña cantidad de crema en la superficie de la placa que estará en contacto con la piel del paciente.
Tiempo de tratamiento total: 15-20 minutos.
Intensidad: trabajaremos con potencias baja, buscando sensaciones térmicas muy bajas o incluso atérmicas las primeras sesiones. También podemos seleccionar el programa especial atérmico o pulsado en capacitivo para trabajar con un poco más de potencia sin elevar la sensación térmica.
Frecuencia: aconsejamos seleccionar una frecuencia de 0,7MHz.
Periodicidad de las sesiones: las dos primeras semanas trabajaremos en días alternos, tras la segunda semana de tratamiento lo recomendado sería un par de sesiones hasta que veamos que se va estabilizando la mejoría. A posteriori una sesión a la semana y después cada 15/20 días, para realizar un mantenimiento. El número de sesiones de tratamiento con radiofrecuencia necesarias depende de la gravedad de la rosácea o la cuperosis. En general, se recomiendan de 6 a 10 sesiones.
Los resultados del tratamiento con radiofrecuencia suelen ser visibles después de la primera sesión. Sin embargo, los resultados completos suelen tardar varias semanas en aparecer. La mayoría de los pacientes experimentan una reducción significativa del enrojecimiento y las telangiectasias.
Hemos de avisar a nuestros pacientes, antes de iniciar el tratamiento, que no en todos los casos se obtienen los resultados deseados, por lo que realizaremos 3 o 4 sesiones y si evoluciona bien continuaremos, en caso contrario, lo aconsejado es abandonar el tratamiento. En casos muy cronificados con capilares rígidos los efectos son menores.
Como hemos dicho anteriormente no hay cura para estas afecciones, sólo un tratamiento paliativo, por lo que, si queremos mantener los resultados obtenidos, el paciente tendrá que realizar sesiones de mantenimiento. La duración de los resultados depende de la severidad de la afección, las medidas preventivas que adopte el paciente y su estilo de vida.
Siempre que trabajemos con esta técnica de electroterapia hemos de tener en cuenta las contraindicaciones de la diatermia.