Esmeralda Banacloy Martínez. Fisioterapeuta

Autora del Libro DIATERMIA CAPACITIVA Y RESISTIVA

DIATERMIA EN EL TRATAMIENTO DE LA ENDOMETRIOSIS

La endometriosis es una enfermedad crónica, hormono-dependiente, en la que el tejido similar al revestimiento del útero (el endometrio) crece fuera del útero. Este tejido puede crecer en los ovarios, las trompas de Falopio, el tejido que recubre la pelvis, el La endometriosis puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de las pacientes. Afecta al 10-15% de las mujeres en edad reproductiva, lo que equivale a unos 190 millones de personas en todo el mundo, siendo más común en las mujeres entre los 25 y los 35 años. Es la primera causa de dismenorrea secundaria en adolescentes.

Es una enfermedad compleja que aún no se comprende completamente y no se conoce su causa exacta. Sin embargo, se cree que se debe a una combinación de factores, incluyendo:

  • Antecedentes familiares: las mujeres con familiares directos que han padecido de endometriosis tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Su ADN tiene genes que las hacen más propensas a desarrollar la enfermedad ya que bien pueden afectar al sistema inmunológico o la forma en la que las células endometriales responden a las hormonas.
  • Sistema inmunológico alterado: cuando el sistema inmunológico de la paciente no es capaz de eliminar las células endometriales que migran fuera del útero acaban por desarrollar esta enfermedad, ya que estas células luego crecen y dan origen a la endometriosis.
  • Menstruación retrógrada: como sabemos, la menstruación es el proceso de desprendimiento del revestimiento uterino y su expulsión del cuerpo. Sin embargo, en algunas mujeres, la menstruación fluye hacia atrás a través de las trompas de Falopio y hacia la pelvis. Y una vez implantado crece y forma adherencias.

La investigación en curso se está centrando en identificar los genes y proteínas que están involucrados en la endometriosis. También se está investigando el papel del sistema inmunológico en la enfermedad. Esta investigación puede ayudar a desarrollar nuevos tratamientos para la endometriosis.

Los síntomas de la endometriosis pueden variar de mujer a mujer, siendo los más comunes:

  • Dolor menstrual intenso: el dolor menstrual es el síntoma más común de la endometriosis, dura más allá de los dos primeros días y no se calma con los medicamentos convencionales. En ocasiones llega a ser tan intenso que puede interferir con las actividades diarias.
  • Dispareunia: es decir, dolor durante las relaciones sexuales.
  • Dolor en la parte baja de la espalda o el abdomen.
  • Dolor al orinar y/o defecar.
  • Edema, tirantez debido a la propia inflamación.
  • Fatiga.
  • Infertilidad: La endometriosis puede causar inflamación y adherencias en los ovarios, las trompas de Falopio y otros órganos pélvicos. Estas adherencias pueden dificultar la concepción y el embarazo. Cuatro de cada 10 casos de infertilidad es debida a la endometriosis.
  • Alteraciones psicológicas: tales como aislamiento, depresión, ansiedad
  • Disfunciones viscerales: debidas a las adherencias

Otros síntomas menos comunes de la endometriosis incluyen:

  • Sangrado vaginal entre períodos menstruales
  • Sangrado rectal o vaginal durante las relaciones sexuales
  • Hinchazón o sensibilidad en los ovarios
  • Náuseas o vómitos
  • Diarrea o estreñimiento

El diagnóstico de la endometriosis no es fácil, ya que no existe una prueba única para diagnosticar la enfermedad. El especialista deberá rellenar el historial médico de la paciente, donde recabará todos los signos, síntoma y antecedentes familiares. Además, se realizará:

  • Examen físico:del abdomen y la pelvis para detectar signos de endometriosis. Tales como, dolor en la parte baja de la espalda o el abdomen, sensibilidad en los ovarios, nódulos
  • Pruebas de imagen:la ecografía o la resonancia pueden ayudar a identificar la endometriosis, mostrando áreas de tejido endometrial fuera del útero, quistes ováricos u otras anomalías pélvicas.
  • Pruebas de laboratorio: que ayuden a descartar otras causas de los síntomas, como por ejemplo una enfermedad de tipo inflamatorio o una infección.

Si el médico sospecha que la mujer tiene endometriosis, puede recomendarle una laparoscopia. La laparoscopia es un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo que permite al médico ver el interior de la pelvis y se utiliza para diagnosticar la endometriosis en el 90% de los casos. En el caso de que el especialista encuentre tejido endometrial fuera del útero durante la laparoscopia puede eliminarlo.

No existe una cura para la endometriosis, pero sí hay tratamientos que pueden ayudar a aliviar los síntomas, mejorar la fertilidad y la calidad de vida. El tratamiento se basa en los síntomas y la gravedad de la enfermedad. En algunas mujeres, con la llegada de la menopausia, los síntomas disminuyen, pero no llegan a desaparecer totalmente.

Los tratamientos de la endometriosis se basan en los síntomas y la gravedad de la enfermedad. El objetivo del tratamiento es aliviar la sintomatología, mejorar la fertilidad y la calidad de vida de la paciente. El tratamiento siempre debe individualizarse para cada mujer. Es importante que las mujeres con endometriosis estén informadas sobre la enfermedad y sus opciones de tratamiento.

Los tratamientos para la endometriosis requieren un enfoque multidisciplinar y pueden incluir:

  • Medicamentos, que pueden ayudar a aliviar el dolor y otros síntomas:
  • Los anticonceptivos orales pueden ayudar a aliviar el dolor menstrual y reducir la inflamación.
  • Progestina: La progesterona puede ayudar a reducir el dolor y la endometriosis.
  • Análogos de la GnRH: Los análogos de la GnRH pueden ayudar a reducir el dolor y la endometriosis. Sin embargo, estos medicamentos también pueden tener efectos secundarios graves, como la disminución de la densidad ósea.
  • Los analgésicos pueden ayudar a aliviar el dolor.
  • Cambios en la alimentación e incremento de la hidratación, que favorecerán el tránsito intestinal, mejorará la calidad del tejido afectado y el estado de ánimo de la paciente.
  • La cirugía puede ser necesaria para eliminar el tejido endometrial fuera del útero. Las menos invasivas son: la laparoscopia, que se utiliza en la endometriosis leve o moderada, la robótica (a través del ombligo), la vaginal o en casos más severos la cirugía abierta, que es mucho más invasiva y puede tener más complicaciones.
  • El tratamiento fisioterapéutico del suelo pélvico que tiene como objetivo mejorar la función, el tono de los músculos pelviperineales y aliviar los síntomas de la endometriosis. Importante no olvidar que es un proceso individualizado que deberá adaptarse a las necesidades específicas de cada paciente. La duración del tratamiento depende de la gravedad de la disfunción y de la respuesta de la paciente a este.

En principio el tratamiento se basa en una serie de técnicas manuales, ejercicios terapéuticos y electroterapia.

Las técnicas manuales incluyen:

  • Drenaje linfático manual: tanto de los miembros inferiores como del abdomen y la pélvica, para mejorar la circulación linfática y reducir la inflamación e hinchazón de la zona pélvica.
  • Terapia manual: externa e intravaginal, destinada a relajar los músculos del suelo pélvico y mejorar la movilidad de los tejidos.

  • Punción seca o acupuntura: para ayudar a aliviar el dolor y la tensión muscular.

Los ejercicios terapéuticos contienen:

  • Ejercicios respiratorios: que ayuden a relajar el suelo pélvico y facilitar el drenaje linfático.
  • Ejercicios hipopresivos: para fortalecer los músculos del suelo pélvico y del core, mejorar la postura y el control de la vejiga y el intestino.
  • Ejercicios de Kegel: para fortalecer los músculos del suelo pélvico y mejorar el control de la vejiga y el intestino.
  • Ejercicios de reeducación propioceptiva: con el fin de mejorar la conciencia y el control de los músculos del suelo pélvico, y enseñar a la paciente tanto a contraer como a relajar la musculatura voluntaria del periné.
  • Ejercicios de movilización y estiramientos de pelvis: destinados a facilitar la movilidad de la pelvis y los músculos del suelo pélvico.

En cuanto al tratamiento electroterápico cabe destacar el uso de:

  • TENS: para controlar el dolor en domicilio
  • Diatermia/Radiofrecuencia: buscamos tanto disminuir el dolor, la inflamación, mejorar la vascularización (y por tanto oxigenación y nutrición de los tejidos), reducir el edema, la rigidez, relajar la contractura muscular y deshacer en la medida de lo posible las adherencias y fibrosis.

En algunos casos, el fisioterapeuta también puede enseñar a la paciente a realizar un masaje perineal en casa. Este masaje puede ayudar a relajar los músculos del suelo pélvico y mejorar la circulación sanguínea.

Así como, recomendaciones posturales para favorecer la circulación hemolinfática, con la finalidad de disminuir la hinchazón e inflamación, o durante la realización de los ejercicios respiratorios. Ej: posición de declive (propicia la relajación del suelo pélvico al tiempo que favorece su drenaje).

Aplicación de la diatermia en el tratamiento de la endometriosis

Para disminuir la sintomatología de la paciente hemos de pensar qué la ocasiona, y así programar nuestro equipo de diatermia con el objetivo de tratar, en la medida de lo posible, tanto su sintomatología como la causa. Lo que más molesta a la paciente e interfiere en su calidad de vida es el dolor y este viene provocado fundamentalmente por las adherencias, fibrosis, alteraciones musculares y miofasciales, la inflamación, el edema y el estreñimiento. De modo que, trabajaremos con la modalidad capacitiva para disminuir la hipertonía muscular refleja,  aumentando ligeramente la  temperatura de la misma y provocar toda una serie de efectos biológicos, comenzando por una hiperemia, que oxigene y nutra dicha musculatura, al tiempo que ayuda a disminuir la contractura muscular y el dolor. Con la modalidad resistiva, unida a la terapia manual y los ejercicios,  trabajaremos sobre las adherencias y fibrosis, intentando liberar los tejidos, mejorando su movilidad y disminuyendo por tanto el dolor que estas generan.

Aplicación del electrodo capacitivo: lo desplazaremos sobre toda la musculatura tensa o hipertónica, tanto de la espalda, como del abdomen y periné. Si utilizamos la sonda intracavitaria capacitiva, elegiremos el tamaño que mejor tolere la paciente. Por norma general, si hay hipertono la más delgada, en caso contrario la de mayor tamaño.

Colocación de la placa pasiva: en principio utilizaremos una geometría transversal, colocando la placa de retorno a nivel lumbar o lumbosacro cuando trabajemos la parte del abdomen y periné, y en caso de tener dolor o tensión en la espalda colocaremos al paciente en decúbito prono y la placa la situaremos en la zona baja del abdomen.

Tiempo de tratamiento total: 10-15 minutos

Intensidad: el parámetro de intensidad es uno de los más importantes a valorar dentro de la ventana terapéutica con la que vamos a trabajar en cualquier aplicación de la diatermia. Por norma general, en función de la sensación térmica buscada durante el tratamiento programaremos nuestro equipo con una mayor o menor intensidad. Sin embargo, hay que tener en cuenta que trabajando con la misma intensidad y sobre el mismo tipo de lesión, cada paciente experimenta una sensación térmica diferente, ya que ésta depende de muchos factores, y entre ellos uno de los más importante es la capacidad que tiene el sistema cardiocirculatorio de cada individuo para refrigerar el tejido tratado, por lo que probablemente un paciente joven y deportista con un sistema circulatorio en óptimas condiciones percibirá una sensación térmica mucho menor  a la misma intensidad que una persona mayor y/o con problemas circulatorios. También es importante tener en cuenta la distancia existente entre la placa de retorno y la zona de tratamiento, a mayor distancia de separación (es decir, con una mayor extensión de tejidos a tratar), menor sensación térmica. Por último, hay que destacar que, la velocidad de desplazamiento y el tamaño del electrodo también influyen en la percepción térmica del paciente, a mayor velocidad menor sensación y a menor tamaño mayor sensación. Por todo ello, en lugar de hablar de intensidades destacaremos que lo importante es programar una potencia tal que, la paciente perciba una sensación de calor muy agradable, grado II-III, con la finalidad de vascularizar el músculo y relajarlo. En caso de utilizar los electrodos capacitivos intracavitarios bajaremos la potencia y buscamos que la paciente perciba un calor muy suave. Hay que tener en cuenta que, cuando hay tejido fibrótico o patologías, como la endometriosis, que pueden cursar con dolor pélvico crónico es posible que exista una la alteración de la sensibilidad. Por ello, además de bajar la potencia y preguntarle cada poco tiempo a la paciente qué sensación térmica percibe, lo testearemos con nuestros dedos, para verificar que realmente estamos trabajando con un incremento muy leve de la temperatura corporal. También tendremos en cuenta que, si lo que buscamos es drenar hay que trabajar con atermia o sensaciones térmicas muy suaves y ubicaremos la placa dónde el drenaje se vea favorecido.

Frecuencia: ya que vamos a trabajar planos musculares profundos, programaremos el equipo con frecuencias bajas, por ejemplo 470 KHz.

Diatermia Resistiva para el tratamiento de la endometriosis

El incremento térmico en el interior del tejido favorecerá el aumento de riego sanguíneo, mejorará la viscoelasticidad y aportará los nutrientes que propicien la posible regeneración del tejido dañado y la eliminación de las adherencias.  Podemos usar tanto los electrodos resistivos manuales como los automáticos, para facilitar las movilizaciones y estiramientos. Con la modalidad resistiva también podemos tratar zonas con bandas tensas musculares y trigger point.

Colocación de la placa pasiva: lo más eficaz es trabajar una geometría transversal.

Aplicación del electrodo resistivo:  cuando trabajemos con el electrodo resistivo manual lo iremos desplazando a lo largo de todo el abdomen, incidiendo en aquellos puntos que resulten muy dolorosos debido a las adherencias. En caso de dolor lumbar podemos tratarlo tanto con el electrodo manual, los manos libres/automáticos e incluso con las herramientas miofasciales, si detectamos un problema en la faja toracolumbar o trigger point.

Tiempo de tratamiento: 15-20 minutos

Intensidad: si aplicamos la modalidad automática, dado que el electrodo resistivo está fijo en un mismo punto, o con las herramientas miofasciales, recomendamos trabajar con sensaciones térmicas suaves, grado II, con la finalidad de evitar quemaduras.

Por el contrario, cuando utilicemos el electrodo resistivo manual, y lo vayamos desplazando, podemos trabajar con sensaciones térmicas más altas, grado III, lo mismo si aplicamos en los puntos trigger la técnica de los tres máximos. Los últimos minutos de tratamiento bajaremos la potencia hasta conseguir que disminuya bastante la sensación térmica o llegue a ser casi imperceptible. Esto hará que la analgesia conseguida con la diatermia dure más tiempo.

Frecuencia: dejaremos la misma que la empleada durante el tratamiento capacitivo

Siempre que trabajemos con esta técnica de electroterapia hemos de tener en cuenta las contraindicaciones de la diatermia.

Somos especialistas en Diatermia-Radiofrecuencia-Tecarterapia. Si quieres asesoramiento en equipos o formación contacta con nosotros. Esmeralda Banacloy Fisioterapeuta: 677.47.20.37

Contáctanos