Esmeralda Banacloy
Fisioterapeuta.
Autora de los libros:
TRATAMIENTO CON DIATERMIA / TECARTERAPIA DE LAS HEMORROIDES
- Fundamentos anatómicos y fisiopatológicos
- Clasificación clínica de las hemorroides
- Factores contribuyentes
- Tratamiento de las hemorroides
- APLICACIÓN DE DIATERMIA en el tratamiento de las HEMORROIDES
- Objetivos terapéuticos
- Protocolo clínico de aplicación
- Contraindicaciones y precauciones
- Resultados esperados
- Complemento terapéutico a la diatermia
- Seguimiento clínico
Al igual que ocurre en la incontinencia masculina y femenina, los prolapsos , la dismenorrea, la endometriosis, vulvodinia y un largo etc., el tratamiento de las hemorroides desde la fisioterapia del suelo pélvico ha evolucionado significativamente, integrando herramientas como la diatermia capacitiva y resistiva, que permiten intervenir sobre los componentes inflamatorios, vasculares y funcionales que perpetúan esta afección. El enfoque actual propone una visión holística y conservadora, donde la diatermia ha demostrado eficacia en el control de la sintomatología, convirtiéndose en una aliada para mejorar la vascularización, la regeneración tisular y optimizar la función muscular del esfínter anal y las estructuras de soporte.
Fundamentos anatómicos y fisiopatológicos
Las hemorroides se localizan en el conducto anal, dentro de un complejo sistema vascular compuesto por el plexo hemorroidal interno (ubicado por encima de la línea dentada) y el externo (por debajo de ella). Cuando se produce una dilatación patológica de estas estructuras, acompañada de inflamación y, en ocasiones, trombosis, aparecen síntomas como sangrado, dolor, prurito anal y sensación de peso o prolapso.
El desequilibrio entre la presión intraabdominal y el retorno venoso, asociado a la debilidad de los tejidos de sostén, genera congestión venosa, edema y progresiva protrusión de las almohadillas vasculares. Este proceso se ve exacerbado por factores como el estreñimiento, sedentarismo, obesidad y hábitos posturales inadecuados.
Clasificación clínica de las hemorroides
- Internas: se desarrollan dentro del conducto anal. Clasificadas en 4 grados:
- Grado I: no protruyen fuera del canal anal.
- Grado II: protruyen durante la defecación, pero se reducen espontáneamente.
- Grado III: requieren reducción manual.
- Grado IV: permanecen prolapsadas y no pueden reducirse.
- Externas: se desarrollan bajo la piel del ano. Visibles desde el exterior, pueden generar dolor intenso si se trombosan.
- Mixtas: combinan características de ambos tipos.
Diversos factores contribuyen al desarrollo y perpetuación de las hemorroides.
Entre los factores predisponentes se encuentran las alteraciones del tejido conectivo, la debilidad en la fascia perianal, la congestión venosa crónica relacionada con el sedentarismo y la edad avanzada, así como los cambios hormonales durante el embarazo que predisponen a la distensión venosa. En cuanto a los factores desencadenantes, el estreñimiento crónico, el esfuerzo defecatorio excesivo, los hábitos inadecuados durante la evacuación (como permanecer mucho tiempo sentado en el inodoro), el levantamiento de pesos sin activación del core y los deportes de alto impacto pueden aumentar significativamente la presión intraabdominal, facilitando la aparición o agravamiento de la patología hemorroidal. Sintomatología de las hemorroides
Los síntomas más comunes que se presentan en la mayoría de los casos son:
- Sangrado rectal: generalmente al defecar; sangre roja brillante, sin dolor. Puede aparecer en el papel higiénico, en la superficie de las heces o en el inodoro.
- Dolor o molestia anal: más frecuente en hemorroides externas o internas prolapsadas.
- Prurito (picor) anal: causado por irritación de la piel perianal.
- Sensación de cuerpo extraño o bulto en el ano: especialmente al defecar, en hemorroides internas prolapsadas o externas inflamadas.
- Inflamación o edema anal: perceptible al tacto, especialmente en hemorroides externas o trombosadas.
- Secreción mucosa o manchado: que puede irritar la piel perianal y provocar prurito o escozor. Se debe recomendar una buena higiene anal con agua y sin productos irritantes
- En casos raros, puede aparecer fiebre, supuración o celulitis perianal debido a una infección.
Hemos de señalar que generalmente las internas debido a la escasa inervación somática suelen ser indoloras, el sangrado rectal es su síntoma principal y en los grados más avanzados (III-IV) se aprecia protrusión del tejido hemorroidal hacia el exterior. En casos muy severos el paciente puede presentar dolor debido a la estrangulación o trombosis.
Por el contrario, las externas suelen ser más sintomáticas ya que hay mayor inervación. El paciente manifiesta dolor agudo, sobre todo si hay trombosis, picor o escozor persistente y sangrado ocasional. En la exploración se observa inflamación o bulto visible o palpable.
Los pacientes con hemorroides suelen tener miedo o dificultad en la defecación, debido al dolor o sangrado. Les resulta incómodo sentarse o caminar y todo ello les puede repercutir en su calidad de vida, sintiendo vergüenza o ansiedad social.
Tratamiento de las hemorroides
El tratamiento varía en función de su grado de severidad, los síntomas asociados, loa respuesta del paciente a las medidas conservadoras y la presencia de complicaciones.
En las hemorroides de grado I y II, y en algunas ocasiones en las de grado III el tratamiento indicado es el conservador que consta fundamentalmente de:
1.- Medidas higiénico-dietéticas.
2.- Tratamiento farmacológico con: flebotónicos, analgésicos locales (en cremas o supositorios con anestésicos, corticoides o protectores de la mucosa) y antihemorroidales combinados.
3.- Fisioterapia. Desde la fisioterapia, abordamos factores mecánicos, circulatorios, musculares y neurológicos, para favorecer la desinflamación, el retorno venoso y linfático, la tonificación muscular y la normalización del sistema nervioso autónomo.
En hemorroides grado I-II que no responden al tratamiento conservador se pueden aplicar terapias ambulatorias y mínimamente invasivas no quirúrgicas, tales como:
1.- Escleroterapia.
2.- Coagulación infrarroja, laser o bipolar.
3.- Ligadura con banda elástica.
Se recomienda la cirugía cuando el resto de los tratamientos fallan o en hemorroides grado III o IV trombosadas o con complicaciones.
APLICACIÓN DE LA DIATERMIA EN EL TRATAMIENTO DE LAS HEMORROIDES
El uso de la diatermia capacitiva y resistiva en el tratamiento de hemorroides representa una opción terapéutica no invasiva, segura y efectiva. En el caso de las hemorroides, la aplicación de la diatermia puede realizarse en modalidad capacitiva o resistiva dependiendo de los objetivos terapéuticos:
Ambas modalidades pueden complementarse con técnicas de activación del core, reeducación defecatoria, técnicas miofasciales y educación postural para un abordaje completo y sostenible.
Objetivos terapéuticos
- Incrementar la microcirculación: mejora el drenaje venoso-linfático, disminuye la congestión vascular y favorece la oxigenación tisular.
- Reducir el edema y la inflamación del plexo hemorroidal: mediante la activación del drenaje linfático y la modulación del proceso inflamatorio.
- Disminuir el dolor: efecto analgésico mediado por estimulación de receptores inhibitorios y reducción de la presión tisular.
- Regenerar el tejido conectivo: estimulación de la síntesis de colágeno y elastina en la región perianal para mejora la firmeza de los tejidos
- Optimizar la funcionalidad del esfínter anal externo e interno: para modular el tono muscular, al combinar la diatermia con cinesiterapia y ejercicios de control muscular.
- Promueve la retracción del tejido hemorroidal y previene la evolución hacia estadios más avanzados o recurrencias
Protocolo clínico de aplicación
Antes de iniciar el tratamiento con diatermia, se debe realizar una evaluación integral que incluya anamnesis detallada, valoración funcional del suelo pélvico y examen clínico del estado hemorroidal. La aplicación de la diatermia suele realizarse en posición decúbito lateral, con movimientos lentos y controlados en la región perianal, utilizando electrodos capacitivos o resistivos según el objetivo. La duración recomendada por sesión es de 20 a 30 minutos, con una frecuencia de 2 a 3 veces por semana en la fase inicial, y posteriormente una vez por semana según evolución. Es importante ajustar la intensidad para lograr una sensación de calor confortable, evitando molestias. El uso de cremas conductoras con ácido hialurónico puede potenciar los efectos terapéuticos, especialmente en tejidos con mucosa sensible.
Modalidad Capacitiva
Indicada en fases subagudas inflamatorias activas, con congestión, edema y dolor.
Se utiliza principalmente en la región perianal superficial y estructuras circundantes hidratadas (músculos, mucosa rectal, plexo venoso), realizando movimientos lentos circulares. También podemos aplicar el electrodo capacitivo en la zona del abdomen, en dirección de las agujas del reloj, para favorecer el tránsito intestinal y evitar o reducir en la medida de lo posible el estreñimiento.
Duración: de 10-15 minutos.
Buscamos una sensación atérmica o pulsada 50 en fases inflamatorias y postquirúrgicas. En fases de tratamiento más avanzadas sin inflamación activa, podemos subir ligeramente la potencia hasta alcanzar sensaciones térmicas confortables y aplicar la sonda intracavitaria capacitiva.
En caso de cirugía, podemos ayudar aplicando la diatermia capacitiva para preparar los tejidos antes de la intervención y acompañar el postquirúrgico favoreciendo la cicatrización.
Programaremos una frecuencia intermedia o alta, según la necesidad, en torno a los 700-1000KHz.
- Favorece el drenaje venoso y linfático.
- Mejora la oxigenación tisular.
- Disminuye la hipertonía del esfínter anal externo.
Modalidad Resistiva
Indicada en fases crónicas, fibrosis residual/postquirúrgicas o cuando hay pérdida del tono muscular o alteraciones en la fascia perianal.
Electrodo resistivo clásico mediano y/o herramientas miofasciales. Modalidad de aplicación dinámica/estática según los casos.
Aplicación en región sacrococcígea, puntos gatillo miofasciales de glúteo medio, obturador interno o piriforme si hay hipertonía secundaria. región perianal y en zonas con fibrosis o rigidez.
Duración: 10-12 minutos por sesión.
Potencia: térmica perceptible, pero sin dolor. Si utilizamos las herramientas miofasciales trabajaremos con sensaciones térmicas suaves, grado II.
Frecuencia:448-470 KHz
- Estimula estructuras fibrosas como el esfínter interno, el tejido conectivo y los ligamentos anorrectales.
- Mejora la firmeza y el soporte tisular.
- Promueve la retracción del tejido hemorroidal.
Duración del tratamiento:
2-3 sesiones semanales en fase inicial.
Evaluación de progresos clínicos y reajuste de parámetros.
En fases crónicas o de mantenimiento: sesiones mensuales o quincenales.
Contraindicaciones y precauciones
Las contraindicaciones absolutas y relativas del uso de la diatermia: marcapasos, embarazo avanzado o presencia de neoplasias/implantes metálicos en zona de aplicación…
Hemorroides sangrantes activas o trombosadas.
Infecciones perianales agudas o abscesos.
Evitar en piel con lesiones abiertas o fisuras anales abiertas.
Resultados esperados
Reducción del volumen hemorroidal.
Alivio del dolor y la presión anal.
Mejora del patrón evacuatorio.
Disminución de la necesidad de tratamiento quirúrgico en casos leves o moderados.
Mejora en la función ano-rectal.
La diatermia representa una alternativa eficaz, segura y no invasiva para el tratamiento de las hemorroides, especialmente en estadios iniciales o como complemento en fases crónicas y postquirúrgicas. Además, se ha observado una mejora en la calidad de vida de los pacientes, especialmente en aquellos con hemorroides recurrentes que no desean someterse a procedimientos quirúrgicos.
Su integración dentro de un programa fisioterapéutico global, que contemple los factores desencadenantes y perpetuadores, permite no solo aliviar los síntomas, sino también prevenir su progresión.
En combinación con cambios en el estilo de vida y asesoramiento nutricional, la diatermia se consolida como una herramienta eficaz dentro del enfoque multidisciplinar.
Complemento terapéutico a la diatermia
Ejercicios de activación del core (transverso abdominal y diafragma). Técnicas hipopresivas y respiración diafragmática para reducir presión intraabdominal.
Terapia miofascial perianal.
Ejercicios de reeducación esfinteriana.
Reeducación postural y defecatoria (uso de taburete, relajación perineal).
Cambios en dieta y estilo de vida (dieta rica en fibra, hidratación adecuada, evitar el sedentarismo).
Educación sobre higiene y técnicas de evacuación.
Seguimiento clínico
- Reevaluación funcional tras cada 4-6 sesiones.
- Valoración del tono muscular y control del esfínter anal.
- Registro de síntomas: dolor, sangrado, dificultad defecatoria.
- Plan de mantenimiento en pacientes crónicos o con factores predisponentes no modificables.
*Es importante recordar que esta información es solo para fines informativos y no debe considerarse como un sustituto del consejo médico profesional.*
Somos especialistas en Diatermia-Radiofrecuencia-Tecarterapia. Si quieres asesoramiento en equipos o formación contacta con nosotros.
Esmeralda Banacloy. Fisioterapeuta: 677.47.20.37