Esmeralda Banacloy

Fisioterapeuta. Autora del Libro Diatermia Capacitiva y Resistiva

DIATERMIA EN EL TRATAMIENTO DE LA DISMENORREA

La dismenorrea, comúnmente conocida como dolor menstrual, es un malestar que afecta a una de cada tres mujeres. El 80% de ellas la ha padecido en algún momento de su vida. Es más común en jóvenes, entre los 15 y los 25 años.

Se caracteriza por dolor en la parte inferior del abdomen durante la menstruación, el cual puede ser leve o intenso, e incluso invalidante.

Puede presentarse junto a otros síntomas molestos, interfiriendo en las actividades diarias. Si bien el dolor menstrual es una experiencia común, no debe ser incapacitante.

Hay una gran variedad de tratamientos disponibles para aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida. Si los calambres y las molestias interfieren con la vida diaria de la paciente, es importante que consulte a un ginecólogo para descartar cualquier condición subyacente y recibir el tratamiento adecuado.

Los síntomas de la dismenorrea pueden variar de mujer a mujer, siendo los más comunes:

  • Dolor en la parte baja del abdomen, que puede irradiarse a la parte inferior de la espalda, los muslos o la región inguinal. Las molestias suelen comenzar uno o dos días antes del inicio del periodo y durar entre 1 y 3 días.
  • Calambres o espasmos en el útero
  • Náuseas y vómitos
  • Diarrea /estreñimiento
  • Dolor de cabeza
  • Dolores musculares
  • Fatiga
  • Mareos
  • Dificultad para concentrarse
  • Irritabilidad
  • Depresión
  • Cambios de humor
  • Antojos de alimentos poco saludables.

Banderas Rojas. Hay que consultar a un médico si el paciente experimenta alguno de los siguientes síntomas:

  • Dolor menstrual que empeora con el tiempo
  • Sangrado menstrual abundante o inusual
  • Fiebre
  • Secreción vaginal anormal
  • Dolor durante las relaciones sexuales
  • Dificultad para quedar embarazada.

Las causas de la dismenorrea se dividen en dos categorías principales:

  1. Dismenorrea primaria:

Es la forma más común y no está asociada a ninguna enfermedad pélvica subyacente. Se cree que se debe a la liberación de mediadores inflamatorios como las prostaglandinas, sustancias químicas causantes de fuertes contracciones en el útero durante la menstruación.

Estas contracciones comprimen los vasos sanguíneos que irrigan el útero, lo que reduce el flujo de oxígeno y provoca dolor.

  1. Dismenorrea secundaria:

Aparece como consecuencia de una condición médica subyacente que afecta los órganos reproductivos:

  • Endometriosis: crecimiento del tejido endometrial fuera del útero
  • Fibromas uterinos: tumores benignos que se forman en el útero
  • Enfermedad inflamatoria pélvica (EIP): infección de los órganos reproductivos femeninos
  • Adenomiosis: crecimiento del tejido endometrial dentro de la pared muscular del útero
  • Dispositivos intrauterinos (DIU): algunos tipos de DIU pueden aumentar el riesgo de dismenorrea.

Factores predisponentes:

  • Menstruación temprana: las mujeres que comienzan a menstruar a una edad temprana (antes de los 11 años) tienen más probabilidades de padecer dismenorrea
  • Ciclos menstruales cortos: tener ciclos menstruales de menos de 25 días
  • Flujo menstruales abundantes o prolongados: las mujeres con sangrado menstrual abundante o que duran más de 7 días tienen mayor riesgo de sufrirla
  • Antecedentes familiares de dismenorrea: si la madre o las hermanas de una mujer padecen dismenorrea, ella también tiene más probabilidades de padecer dolor menstrual
  • Consumo de tabaco: fumar aumenta el riesgo
  • Obesidad: el sobrepeso y la obesidad aumentan las probabilidades
  • Anomalías uterinas
  • Problemas en la pelvis, vejiga y/o intestino
  • Trastornos de tiroides
  • Infecciones de transmisión sexual
  • Estrés/Ansiedad
  • Depresión

Los tratamientos de la dismenorrea dependen de la causa subyacente y de la severidad de los síntomas. El objetivo es aliviar la sintomatología y mejorar la calidad de vida de la paciente. El tratamiento siempre debe individualizarse para cada mujer.

Recuerda que la dismenorrea no es una condición normal que se tenga que soportar en silencio. Con el tratamiento adecuado, se puede controlar el dolor y vivir una vida plena y activa durante la menstruación.

Los tratamientos para la dismenorrea requieren un enfoque multidisciplinar y pueden incluir:

 En la dismenorrea primaria:

  • Analgésicos de venta libre: los medicamentos como el ibuprofeno, el nolotil o el paracetamol pueden aliviar el dolor en la mayoría de los casos
  • Anticonceptivos orales: las píldoras anticonceptivas pueden ayudar a reducir el dolor menstrual al regular las hormonas que controlan la menstruación
  • Terapia hormonal: con el fin de reducir el nivel de prostaglandinas
  • Dispositivos intrauterinos (DIU) que liberan progestina: estos DIU pueden ayudar a reducir el dolor menstrual al liberar una pequeña cantidad de progestina en el útero
  • Parche anticonceptivo o el anillo vaginal: reduce el dolor menstrual al regular las hormonas que dan lugar a las contracciones
  • Cambios en el estilo de vida:

Aplicación de calor: aplicar una compresa caliente o una bolsa de agua caliente en la parte baja del abdomen alivia el dolor.

Ejercicio: la actividad física regular colabora en la reducción de los calambres menstruales.

Dieta: una dieta saludable rica en frutas, verduras y cereales integrales mejora los síntomas de la dismenorrea. Tomar complementos nutricionales como la vitamina D, B1 y el magnesio, al igual que aumentar la hidratación y reducir el consumo de alcohol, tabaco y cafeína.

Manejo del estrés: el estrés puede empeorar los síntomas de la dismenorrea. Practicar técnicas de relajación como yoga o meditación sirve para reducir el estrés.

 En la dismenorrea secundaria:

El tratamiento de la dismenorrea secundaria debe enfocarse a combatir la condición médica subyacente que la causa. Por ejemplo, si la causa es la endometriosis se tratará con medicamentos hormonales, mientras que la EIP será con antibióticos.

En algunos casos graves, la cirugía puede ser una opción para tratar la dismenorrea secundaria, sobre todo aquellas que están causadas por endometriosis, alteraciones uterinas o fibromas.

Tanto en la dismenorrea primaria como en la secundaria el tratamiento fisioterápico del suelo pélvico tiene como objetivo mejorar la función, el tono de los músculos pelviperineales y aliviar los síntomas de la dismenorrea.

Importante no olvidar que es un proceso individualizado, que deberá adaptarse a las necesidades específicas de cada persona.

La duración del tratamiento depende de la gravedad de la disfunción y de la respuesta de la paciente a este.

En principio, el tratamiento se basa en una serie de técnicas manuales, ejercicios terapéuticos y electroterapia.

Las técnicas manuales incluyen:

  • Masaje: dar masajes suaves en el abdomen ayuda a relajar los músculos y alivia el dolor.
  • Terapia manual: externa e intravaginal, destinada a relajar los músculos del suelo pélvico y mejorar la movilidad de los tejidos.
  • Punción seca o acupuntura en dismenorrea secundaria a endometriosis: para ayudar a aliviar el dolor y la tensión muscular.

Ejercicios terapéuticos:

  • Ejercicios respiratorios: que ayuden a relajar el suelo pélvico y facilitar el drenaje linfático.
  • Ejercicios hipopresivos: para fortalecer los músculos del suelo pélvico y del core, mejorar la postura y el control de la vejiga y el intestino.
  • Ejercicios Kegel: también para mejorar fuerza y control de esfínteres
  • Ejercicios de reeducación propioceptiva: con el fin de mejorar la conciencia y el control de los músculos del suelo pélvico y enseñar a la paciente tanto a contraer como a relajar la musculatura voluntaria del periné.
  • Ejercicios de movilización y estiramientos de pelvis.

En cuanto al tratamiento electroterápico cabe destacar el uso de:

  • TENS: para controlar el dolor en domicilio
  • Diatermia/Radiofrecuencia: buscamos tanto disminuir el dolor, la inflamación, mejorar la vascularización (y por tanto oxigenación y nutrición de los tejidos), reducir el edema, la rigidez tisular, relajar la contractura muscular y en dismenorrea por endometriosis deshacer, en la medida de lo posible, las adherencias y fibrosis.

El fisioterapeuta también puede enseñar a la paciente a realizar un masaje perineal en casa. Este masaje ayudará a relajar los músculos del suelo pélvico y mejorar la circulación sanguínea.

Así como, recomendaciones posturales para favorecer la circulación hemolinfática, con la finalidad de disminuir la hinchazón e inflamación, o durante la realización de los ejercicios respiratorios. Ej: posición de declive (propicia la relajación del suelo pélvico al tiempo que favorece su drenaje).

APLICACIÓN DE LA DIATERMIA EN EL TRATAMIENTO DE LA DISMENORREA

Antes de comenzar la aplicación de la diatermia debemos plantearnos cuál es el origen de la sintomatología y cómo hemos de programar nuestro equipo de diatermia con el objetivo de tratar, en la medida de lo posible, tanto la sintomatología como su causa.

En algunos casos el tratamiento será curativo y en otros paliativo.

Como ya hemos señalado, en la dismenorrea primaria  buscamos aliviar el dolor, que viene dado por las fuertes contracciones musculares y las alteraciones vasculares de la zona. Sin embargo, en la secundaria a endometriosis el dolor lo produce fundamentalmente  las adherencias, fibrosis y alteraciones musculares y/o miofasciales. Además del dolor,  en estas pacientes también deberemos de tratar la inflamación,  el edema y el estreñimiento.

Diatermia capacitiva para el tratamiento de la dismenorrea primaria y secundaria.

Tanto en unos casos como en los otros, trabajaremos con la modalidad capacitiva para disminuir la tensión/espasmo muscular. Esto se consigue al aumentar la  temperatura de esta y provocar toda una serie de efectos biológicos, comenzando por una hiperemia, que oxigena y nutre dicha musculatura, al tiempo que ayuda a disminuir el dolor (molecular y compartimental) y la inflamación.

Aplicación del electrodo capacitivo:  desplazaremos el electrodo capacitivo mediano o grande sobre toda la zona baja del abdomen y de la espalda (en aquellos casos en los que la paciente también manifieste dolor lumbar).

Si queremos utilizar la sonda intracavitaria capacitiva, elegiremos el tamaño que mejor tolere la paciente. Por norma general si hay hipertono la de 10 mm, en caso contrario la de 20mm.

Colocación de la placa pasiva: en principio utilizaremos una geometría transversal, colocando la placa de retorno a nivel lumbar o lumbosacro cuando trabajemos la parte del abdomen y periné, y en caso de tener dolor o tensión en la espalda colocaremos a la paciente en decúbito prono y la placa la situaremos en la zona baja del abdomen.

Tiempo de tratamiento total: 10-15 minutos.

Intensidad/potencia: el parámetro de intensidad es uno de los más importantes a valorar dentro de la ventana terapéutica con la que vamos a trabajar en cualquier aplicación de la diatermia.

Por norma general, programaremos nuestro equipo con una mayor o menor potencia/intensidad según sea la sensación térmica que queremos alcanzar y mantener durante el tratamiento.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que trabajando con la misma intensidad y sobre el mismo tipo de afección, cada paciente experimenta una sensación térmica diferente, ya que ésta depende de muchos factores. Entre ellos uno de los más importantes es la capacidad que tiene el sistema cardiovascular de cada individuo para refrigerar el tejido tratado, por lo que probablemente una paciente joven y deportista con un sistema circulatorio en óptimas condiciones percibirá una sensación térmica mucho menor, a la misma intensidad/potencia, que una señora más mayor y/o con problemas circulatorios.

También es importante tener en cuenta la distancia existente entre la placa de retorno y la zona de tratamiento, a mayor separación (es decir, con una mayor extensión de tejidos a tratar), menor sensación térmica percibe la paciente.

Por último, hay que destacar que: la velocidad de desplazamiento y el tamaño del electrodo también influyen en la percepción térmica de la paciente, es decir, a mayor velocidad de desplazamiento del electrodo por la zona de tratamiento, menor sensación térmica y a menor tamaño del electrodo más calor percibe el paciente.

Por todo ello, en lugar de hablar de intensidades/potencias destacaremos que lo importante es programar una potencia tal que, la paciente perciba una sensación térmica muy agradable, lo que llamamos un grado II-III, con la finalidad de vascularizar el músculo y relajarlo.

En caso de utilizar los electrodos capacitivos intracavitarios bajaremos la potencia y buscamos que la paciente perciba un calor muy suave.

No olvidar que, cuando hay tejido fibrótico o patologías como la endometriosis, que pueden cursar con dolor pélvico crónico, es posible que exista una la alteración de la sensibilidad.

Por ello, además de bajar la potencia y preguntarle cada poco tiempo a la paciente qué sensación térmica percibe, lo testearemos con nuestros dedos, para verificar que realmente estamos trabajando con un incremento muy leve de la temperatura corporal.

También tendremos en cuenta que, si lo que buscamos es drenar hay que trabajar en atermia o sensaciones térmicas muy, muy suaves y ubicaremos la placa de forma proximal (nunca distal), para que el drenaje se vea favorecido.

Frecuencia: ya que vamos a trabajar planos musculares profundos, programaremos el equipo con frecuencias bajas, por ejemplo 448 o 470 KHz.

Diatermia Resistiva para el tratamiento de la dismenorrea secundaria a endometriosis

El incremento térmico en el interior del tejido favorecerá el aumento de riego sanguíneo, mejorará la viscoelasticidad y aportará los nutrientes que propicien la posible regeneración del tejido dañado y la eliminación de las adherencias.  Podemos usar tanto los electrodos resistivos manuales como los automáticos, para facilitar las movilizaciones y estiramientos. Con la modalidad resistiva también podemos tratar zonas con bandas tensas musculares y trigger point.

Colocación de la placa pasiva: lo más eficaz es trabajar una geometría transversal.

Aplicación del electrodo resistivo:  cuando trabajemos con el electrodo resistivo manual lo iremos desplazando a lo largo de todo el abdomen, incidiendo en aquellos puntos que resulten muy dolorosos debido a las adherencias. En caso de dolor lumbar podemos tratarlo tanto con el electrodo manual, los electrodos manos libres/automáticos e incluso con las herramientas miofasciales, en caso de detectar un problema en la faja toracolumbar o trigger point.

Tiempo de tratamiento: 15-20 minutos.

Intensidad: si aplicamos la modalidad automática, dado que el electrodo resistivo está fijo en un mismo punto, o con las herramientas miofasciales, recomendamos trabajar con sensaciones térmicas suaves, grado II.

Por el contrario, cuando utilicemos el electrodo resistivo manual, y lo vayamos desplazando, podemos trabajar con sensaciones hipertérmicas, grado III, lo mismo si aplicamos en los puntos trigger la técnica de los tres máximos.

Los últimos minutos de tratamiento bajaremos la potencia hasta conseguir que disminuya bastante la sensación térmica o llegue a ser casi imperceptible. Esto hará que la analgesia conseguida con la diatermia dure más tiempo.

Frecuencia: dejaremos la misma que la empleada durante el tratamiento capacitivo.

Siempre que trabajemos con esta técnica de electroterapia hemos de tener en cuenta las contraindicaciones absolutas y relativas las corrientes de alta frecuencia y más concretamente las de la diatermia/radiofrecuencia. Cabe destacar que, en aquellos casos en los que la causa sea una infección  no podemos utlizar la diatermia hasta  que esta no se haya tratado  con el medicamento adecuado y esté resuelta. Si el motivo del dolor es un DIU, lo aconsejable es que la paciente utilize otro método anticonceptivo.  En cualquier caso, no se debe trabajar con diatermia  en la zona de la pélvis si la paciente lleva implantado un DIU o un anillo vaginal (a menos que pueda retirar el anillo durante la sesión de tratamiento).

En caso de que la paciente acuda a nuestra consulta estando con el periodo le tendremos que avisar que al aplicar la diatermia capacitiva vamos a producir una importante disminución de la viscosidad del flujo, por lo que muy probablemente, además de aliviar enormemente el dolor producido por las contracciones, aumentará el sangrado. En estos casos, le recomendaremos que venga preparada para pode cambiar con mayor frecuencia de lo usual la copa menstrual, tampón o compresa.

Somos especialistas en Diatermia-Radiofrecuencia-Tecarterapia. Si quieres asesoramiento en equipos o formación contacta con nosotros.

Esmeralda Banacloy Fisioterapeuta: 677.47.20.37

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