Esmeralda Banacloy  Martínez.

Francisco Barrios Marco.

Fisioterapeutas.

Autores del Libro Diatermia Capacitiva y Resistiva

DIATERMIA / TECARTERAPIA EN EL TRATAMIENTO DE LA TENOSINOVITIS DE DE QUERVAIN

En la cara dorsal del carpo podemos encontrar seis correderas tendinosas, en ellas discurren los tendones extensores de la cara posterior de la muñeca. Por el interior de la primera corredera, discurren dos tendones y sus vainas: el abductor largo  y el extensor corto del pulgar. Se conoce como tenosinovitis de De Quervain a la afectación de estas estructuras. Dicha patología cursa con la inflamación de uno o los dos tendones y a veces de las  vainas que los protegen y nutren, y por consiguiente al verse limitado el espacio en el interior de la corredera, se produce la compresión de los mismos y dificultades para su correcto deslizamiento. La Tenosinovitis de De Quervain es, junto a “los dedos en gatillo” las dos tendinitis por atrapamiento más frecuentes en la mano. Se da más en mujeres que en hombres en edades comprendidas entre los 30 y los 50 años. Al igual que en el Síndrome del Túnel carpiano, se presenta sobre todo en la mano dominante, que está sometida a una mayor sobrecarga, aunque a la larga  puede acabar siendo  bilateral.

En general, podemos clasificar la gravedad de esta tendinopatia en  tres categorías:

  • Leve, que mejoran de los síntomas con tratamiento farmacológico (analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos) y la inmovilización mediante una férula de la muñeca y el pulgar, importante también llevarla por las noches, para evitar que la muñeca se mantenga en una posición que tense los tendones. Si el tratamiento funciona, los síntomas tienden a remitir en 1 o 2 semanas.
  • Moderada, cuando la sintomatología no cede con la inmovilización y los antiinflamatorios, sino que aumenta de intensidad y aparecen nuevos síntomas más molestos e incapacitantes, ha llegado el momento de buscar la ayuda de un profesional de la salud.
  • El traumatólogo podría valorar la posibilidad de realizar una o dos infiltraciones con corticoides, para disminuir la inflamación. No se recomiendan más, porque más dosis con el tiempo pueden llegar a dañar la estructura del tendón. Por otro lado el fisioterapeuta, tiene a su alcance un potente arsenal terapéutico que puede poner a disposición del paciente, como es la kinesiterapia (enseñando al paciente ejercicios de fortalecimiento de la musculatura del antebrazo y de los dedos y realizando estiramientos de las estructuras afectadas), la magnetoterapia, el laser y por supuesto la Diatermia Capacitiva y Resistiva, que como ya hemos expuesto en anteriores artículos tiene un potente efecto analgésico, antiinflamatorio y relajante.
  • Grave, la lesión se ha cronificado, bien porque no ha tenido éxito el tratamiento conservador, porque no se ha recurrido al tratamiento conservador con la suficiente premura o porque existen causas estructurales que impiden que los tendones se desinflamen y tengan más espacio. En este caso lo indicado es operar y después realizar un correcto tratamiento postquirúrgico para evitar complicaciones y recidivas. La intervención consiste en realizar una pequeña incisión en la base del pulgar, para abrir la polea o corredera por donde discurren los dos tendones, eliminar tejido inflamado, septos o incluso algún tipo de tumor que estén ocasionando el

La causa principal que  ocasiona esta afectación es el sobreuso o sobreesfuerzo de la muñeca y el pulgar. Sin embargo, existen otros factores de riesgo que pueden contribuir a agravar el cuadro si no los tenemos en cuenta:

  • Alteraciones hormonales producidas durante el embarazo.
  • Estar al cuidado de niños recién nacidos y hasta los dos años, que todavía necesitan ser llevados en brazos.
  • Practicar deportes con raquetas, palas, golf, remo, hockey…
  • Trabajos como peluquería, jardinería, tocar instrumentos musicales.

  • Causas anatómicas como: tabiques o septos dentro de la corredera, gangliones o quistes, tejidos fibrosados.
  • Haber sufrido un traumatismo agudo o de repetición, por ejemplo durante la práctica de deportes de contacto.

Los pacientes que acuden a nuestro centro con un De Quervain  pueden presentar los siguientes síntomas:

  • DOLOR, en la base del pulgar, que aumenta con la presión sobre la zona de la estiloides del radio o al realizar movimientos del pulgar, la muñeca, y que cede con el reposo.
  • Sensación de PINCHAZO que en ocasiones se extiende a la musculatura del antebrazo.
  • DISMINUCIÓN de la fuerza.
  • DIFICULTAD para realizar la pinza, agarrar objetos con bastante peso,  o realizar movimientos de agarre y lateralización de la muñeca (por ejemplo para abrir un tarro o escurrir la ropa).
  • INFLAMACIÓN o engrosamiento en la zona de la polea.
  • CREPITACIONES cuando realizamos movimientos del pulgar y la muñeca.

Antes de iniciar el tratamiento, es conveniente tener alguna prueba complementaria para poder descartar que existan otras patologías que cursen con síntomas similares como por ejempla la rizartrosis del pulgar o artrosis  trapecio metacarpiana. Una placa de RX no nos mostrará un diagnóstico diferencial, ya que por lo general no aparece la tenosinovitis. También se puede realizar una ecografía  en donde podremos en ocasiones apreciar un engrosamiento de los tendones y una acumulación de líquido en las vainas. Si el paciente no dispone de esas pruebas, en nuestra consulta podemos explorar  la fuerza de los músculos, si existe inflamación, calor y dolor. También podemos realizar la prueba Finkelstein (es positiva cuando aparece dolor al pedirle al paciente que lleve el pulgar hacia la palma de la mano, cierre los dedos formando un puño y realice el movimiento de lateralización cubital).

TRATAMIENTO CON DIATERMIA/TECARTERAPIA RESISTIVA

Como ya hemos mencionado en la tenosinovitis de De Quervain  hay un importante componente inflamatorio de las estructuras que pasan por la corredera, y puesto que  son tendones y sus vainas, comenzaremos el tratamiento de Diatermia/Tecarterapia aplicando la técnica resistiva.

El objetivo inicial que buscamos con la aplicación de la diatermia en esta patología será básicamente antálgico y antiinflamatorio.

Trabajaremos con sensaciones térmicas moderadas, grado 2-3, para intentar la mayor vascularización posible. En el caso de que el dolor sea muy intenso o irradiado bajaremos la intensidad del tratamiento y lo haremos durante casi toda la sesión homotérmico, para no agudizar el síntoma.

Colocaremos al paciente en sedestación y el antebrazo apoyado en la camilla, con la placa en el antebrazo. Trabajaremos con el electrodo mediano. Lo dejaremos fijo en la palma  de la mano durante un tiempo  y después procederemos a desplazarlo por toda la cara radial de la muñeca y el antebrazo.

Si el equipo con el que vamos a aplicar el tratamiento diatérmico o de Tecarterapia posee placa automática resistiva podemos usarla colocándola en el lado radial de la muñeca, tal y como se muestra en la imagen. En este caso hemos puesto la placa de retorno adhesiva, utilizando la técnica coplanar.

No hay diferencia, en cuanto a resultados se refiere, en usar la técnica manual o la automática.

Elegiremos una o la otra en función del tipo de tratamiento que deseemos emplear, es decir, si queremos darle un mayor énfasis a la cinesiterapia, utilizar la diatermia automática nos facilita las movilizaciones y estiramientos, puesto que nos deja las dos manos libres para poder movilizar con mayor comodidad. Si lo que buscamos es únicamente el efecto diatérmico, porque en este momento del tratamiento no nos interesa movilizar, utilizaremos la técnica manual.

Aplicaremos una frecuencia de 680 o 700 KHz y mientras controlamos la sensación térmica o de presión, le pediremos al paciente que realice suaves movimientos de flexión, extensión, aducción y abducción con el pulgar y también con la muñeca.

La duración del tratamiento resistivo será aproximadamente de 15  minutos.

El paciente puede referirnos que nota calor o una sensación de “presión dolorosa” en la zona lesionada, en ese caso bajaremos la intensidad hasta que deje de resultar molesta. Como ya hemos explicado en otros artículos, con la aplicación de la diatermia resistiva, el paciente puede notar tanto una sensación más o menos intensa de temperatura y/o  una sensación de presión, parecida a la experimentamos cuando nos ponen un esfigmomanómetro, para tomarnos la tensión en el brazo, y lo hinchan mucho. Tanto la sensación térmica como la de presión no deben ser molestas. En caso positivo, lo que el terapeuta debe hacer es bajar la intensidad con la que se está trabajando. En algunos casos, menos frecuentes, el paciente dice que nota como una sensación de escozor, justo en la zona que está más inflamada o que nota como más dolorida. La pauta a seguir es la misma, disminuir la intensidad o el porcentaje con el que estamos trabajando.

TRATAMIENTO CON DIATERMIA/TECARTERAPIA CAPACITIVO

Desplazaremos el electrodo capacitivo mediano sobre la musculatura extensora del pulgar, el abductor largo y en general los músculos del antebrazo, ya que si el origen de la patología es un sobreesfuerzo, seguro que estarán sobrecargados. Con el tratamiento capacitivo buscamos tratar el dolor, la contractura muscular y el edema en caso de que hubiera.

Aplicaremos una intensidad grado 2-3.

Podemos dejar la placa pasiva en el mismo lugar que estaba mientras aplicamos la diatermia resistiva o ponerla más proximal, en el brazo o la zona cérvico-dorsal.

Si es posible, aplicaremos una frecuencia más baja que con el tratamiento capacitivo: 470 -500 KHz.

Al igual que ocurre con la diatermia resistiva, al aplicar el tratamiento capacitivo también podemos optar por hacerlo de forma manual o automática. En la imagen se muestra la forma de realizar esta aplicación. El efecto de la diatermia capacitiva va a actuar en toda la musculatura del antebrazo en su cara dorsal y la placa de retorno la hemos puesto en la palma de la mano, utilizando la técnica longitudinal, para que penetre más la acción diatérmica y resulte más vascularizante.

La duración del tratamiento capacitivo dependerá de la afectación muscular y la causa que dio origen a la tenosinovitis, normalmente estará alrededor de 10 minutos.

Tratamiento post-quirúrgico

Tras la intervención se inmoviliza el pulgar por un periodo corto, pero podemos pedirle al paciente que realice movilizaciones de los otros dedos. A los 10-14 días se retiran las grapas o puntos y podemos comenzar con el tratamiento con diatermia capacitiva atérmica para disminuir el dolor residual, la inflamación postquirúrgica y vascularizar la zona. Conforme se vaya instaurando la mejoría de los síntomas le pediremos realizar movilizaciones activas al paciente mientras llevamos a cabo  el tratamiento  y efectuaremos estiramientos muy suaves  mientras aplicamos la técnica resistiva.

Observaciones:

Si la causa de la tenosinovitis es el  embarazo, no podemos aplicar la diatermia aunque sea a nivel distal, ya que es una contraindicación absoluta.

Somos especialistas en Diatermia-Radiofrecuencia-Tecarterapia.

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Esmeralda Banacloy Fisioterapeuta: 677.47.20.37

 

 

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