Esmeralda Banacloy Martínez

Francisco Barrios Marco

Fisioterapeutas.

Autores del Libro Diatermia Capacitiva y Resistiva

DIATERMIA EN EL TRATAMIENTO DE LA ARTROSIS LUMBAR

La artrosis es la patología más común entre la población a partir de los 50 años, con el paso del tiempo el cartílago hialino que recubre nuestras articulaciones sufre un desgaste acumulativo que afectará especialmente a aquellas partes de nuestro cuerpo que han sufrido una carga biomecánica más elevada, en esencia: zona lumbar, rodilla y cadera, aunque también les ocurre a las articulaciones de las manos especialmente si han sido sometidas a intensos movimientos repetitivos.

La afectación de la artrosis lumbar va a depender del grado de desgaste del cartílago, que puede ir de un leve desgaste a casi una completa desaparición del mismo. El cartílago protege el hueso subcondral, cuando disminuye su espesor o desaparece, el hueso se ve expuesto directamente a cargas que no puede soportar, surgen procesos inflamatorios, degenerativos y osteofitos, todo ello dará lugar  la aparición de dolor lumbar y a limitación de la movilidad, el déficit del rango articular de la columna lumbar conlleva con el tiempo la disminución de la fuerza muscular y por tanto a la  incapacidad de amortiguar los impactos, por lo que el proceso degenerativo se acelera.

Al comienzo el dolor causado por la artrosis lumbar es leve, al levantarse tras el descanso nocturno con un poco de movimiento parece que todo vuelve a funcionar bien. Si en este momento de la patología no comienza a tratarse poco a poco la afectación avanza, el dolor se instaura como algo cotidiano y puede llegar a afectar psicológicamente, pues el paciente percibe una clara limitación de su funcionalidad en la vida cotidiana.

No debemos olvidar que las vértebras lumbares soportan continuamente una gran carga, en muchas ocasiones podemos encontrarnos también con deportistas jóvenes que padecen de artrosis lumbar,  en mayor medida saltadores, ya que va a ser la columna lumbar la que va a asumir una gran parte del potente impacto de aterrizaje. Es común también en corredores, especialmente en aquellos que se desplazan con unos movimientos cíclicos inadecuados elevando y descendiendo demasiado el cuerpo en cada paso, vemos que la cabeza se eleva demasiado, corriendo como a saltos verticales en vez de desplazarse horizontalmente, es imprescindible evitar ese modo de carrera.

El diagnóstico de la artrosis lumbar es fundamentalmente clínico, la historia con los detalles que nos aporta el paciente y la exploración son más que suficientes para realizar el diagnóstico de una artrosis lumbar. La exploración por medio de RX y RM permite confirmar el diagnóstico y descartar otras posibles patologías que pueden cursar con síntomas similares.

Tal como hemos expresado anteriormente la rigidez matutina y el dolor articular son los síntomas más comunes de la artrosis lumbar, es posible en casos avanzados percibir crepitaciones e inclusos ciertas deformaciones articulares.

Al paciente que acude a tratamiento le preocupa especialmente el dolor, es indudable que cuando conseguimos reducir este síntoma tan insidioso vamos a lograr mejorar la movilidad y por tanto su funcionalidad, pudiendo plantearnos un proceso de desarrollo de la fuerza muscular y por tanto empezar a vislumbrar un horizonte de esperanza en esta patología tan ingrata.

Aunque los fisioterapeutas disponemos de muchas técnicas físicas que nos permiten tratar el dolor y la inflamación ninguna es tan potente como la Diatermia que actúa como eficaz antiinflamatorio y analgésico al mismo tiempo, teniendo además un potente efecto regenerador si ello fuera posible. El estado de fiebre local obtenido en el tratamiento de la artrosis lumbar incrementa la viscoelasticidad de los tejidos tratados mejorando la movilidad lumbar.

Además del tratamiento con Diatermia es preciso que formemos al paciente para que evite en lo posible todo aquello que incida negativamente en su proceso de recuperación: evitar el sobrepeso y reducir las actividades que supongan una carga lumbar elevada. Por otro lado se recomienda la realización de actividad física aeróbica como andar, nadar…

TRATAMIENTO CON DIATERMIA / RADIOFRECUENCIA CAPACITIVA DE LA ARTROSIS LUMBAR

Al hablar de artrosis y su tratamiento se sobreentiende que utilizaremos la técnica resistiva, pues es la que tiene un efecto directo sobre aquellos tejidos que se resisten al paso de la corriente, en este caso el hueso; sin embargo, podemos encontrarnos con procesos inflamatorios o contracturas de la musculatura periarticular que exigirán un tratamiento combinado con la técnica capacitiva.

En gran porcentaje de las ocasiones junto a la artrosis lumbar nos encontraremos con musculatura paravertebral contracturada, que habrá que relajar puesto que la tensión añadida aproxima aun más las carillas articulares y el dolor se exacerba.

Tiempo de tratamiento: dependiendo del tamaño y peso del paciente un tratamiento capacitivo de la musculatura lumbar oscilará entre 15 y 20 minutos.

Intensidad: en general lo que va a constituir nuestro objetivo principal con la técnica capacitiva va a ser reducir la tensión de la musculatura paravertebral, músculos interespinosos, interapofisarios, en resumen: trataremos toda la musculatura que genera tensión sobre las vertebras lumbares.

Para logran un potente efecto de relajación será preciso hacerlo trabajando con sensaciones térmicas elevados,  grado III, para alcanzar temperaturas de 41-42 grados. La sensación que experimente el paciente ha de ser de calor muy intenso, aunque cómodamente soportable, jamás con la percepción de que quema. Existe una zona de confort en la que se experimenta un calor fuerte pero que, al mismo tiempo relaja. Pasar de esa temperatura hará que estimulemos el sistema simpático y en vez de aflojar la musculatura podemos lograr el efecto contrario.

Es muy probable que encontremos territorios en los que el paciente percibe más calor que en otros, y debemos insistir precisamente en esas zonas, podemos hacerlo con un movimiento más rápido del manípulo o disminuir ligeramente la potencia, para evitar la sensación de calor excesivo. Si disponemos  de un equipo con corriente pulsada se aconseja usarla, para que aun trabajando con intensidad elevada se perciba como grata.

Aplicación del electrodo capacitivo activo: en especial sobre toda la musculatura contracturada, en casos en los que la tensión se instaura de nuevo con facilidad se recomienda no circunscribir el tratamiento sólo a la zona lumbar, ampliar al tratamiento a la musculatura de toda la espalda facilitará una relajación más intensa y duradera. Es recomendable que sigamos con la mano libre el recorrido del electrodo, proporcionando un suave masaje que al activar los receptores A-beta ocasionará una relajación más intensa.

Colocación de la placa pasiva: se recomienda colocar la placa lo más transversal posible, en relación al electrodo capacitivo activo.

Frecuencia: trabajaremos con la frecuencia más baja que tenga disponible nuestro equipo. Hoy en día prácticamente casi todos los equipos de calidad son multifrecuencia, lo cual nos permite obtener los mejores resultados en profundidad a frecuencias bajas y en superficie con frecuencias altas.

TRATAMIENTO CON DIATERMIA / RADIOFRECUENCIA RESISTIVA DE LA ARTROSIS LUMBAR

Tiempo de tratamiento: el tiempo de tratamiento recomendable es entre 15 y 20 minutos dependiendo de las características del paciente.

Intensidad: en los procesos cronificados debemos lograr una sensación térmica grado III, que corresponde a un calor intenso, aunque aún dentro de los límites de lo agradable, nuestro objetivo es activar el sistema parasimpático y generar un efecto neuromodulador que reduzca el dolor, mejore la viscoelasticidad y active el riego sanguíneo tanto para aportar nutrientes, como para eliminar los catabolitos y reducir la hipoxia local.  Si el paciente se encuentra en un periodo agudo inflamatorio  lo trataremos buscando una sensación térmica grado I, atérmico.

Aplicación del electrodo resistivo: sobre todo el tejido afectado por la artrosis lumbar, aunque en los casos que se muestran resistentes al tratamiento recomendamos extendernos hacia la zona dorsal para provocar un efecto más intenso y menos local, para que la mejoría se prolongue en el tiempo. Una de las ventajas que nos ofrece la técnica resistiva es que podemos mantenerla fija sobre la zona en la que deseamos lograr un efecto mayor y mover el electrodo cuando la temperatura se va incrementando en exceso. Recomendamos siempre seguir con la mano libre el recorrido del electrodo resistivo para provocar un incremento en el efecto neuromodulador de reducción del dolor. En el caso de disponer de electrodos Miofasciales se recomienda combinar la técnica resistiva clásica con la miofascial instrumentalizada, aplicándolos en la fascia toraco-lumbar, ya que en muchas ocasiones presenta adherencias, densificaciones y zonas con restricción de movilidad.

Colocación de la placa pasiva: la recomendación es la de colocar la placa lo más transversal posible, en relación al electrodo resistivo activo.

Frecuencia: con la más baja que nuestro equipo nos pueda proporcionar, ello se percibirá rápidamente como una sensación agradable de calentamiento profundo. Los equipos multifrecuencia permiten calentar más rápido en la profundidad requerida.

Es preciso en muchas ocasiones combinar la técnica capacitiva y resistiva, el tiempo y la duración de aplicación de cada técnica va a depender del estado del paciente cuando acude a tratamiento, si la contractura es muy potente resultará imprescindible dedicar más tiempo a la técnica capacitiva, cuando la contractura ceda la técnica resistiva nos facilitará en la medida de lo posible la regeneración de los tejidos afectados y una reducción sustancial del síntoma dolor.

Somos especialistas en Diatermia-Radiofrecuencia-Tecarterapia.

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Esmeralda Banacloy Fisioterapeuta: 677.47.20.37

 

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