Disminución articular en la artrosis

Cuando el cartílago articular comienza a deteriorarse la protección que ofrece al tejido óseo disminuye, la función de amortiguación puede ir quedando reducida hasta el punto que las cargas a que se somete la articulación hagan rozar el hueso, este rozamiento va producir dolor el incapacidad progresiva.

Todos los materiales se erosionan con el paso del tiempo, incluso el acero, así que el paso de los años va actuar sobre el cartílago favoreciendo un desgaste, que hemos de aceptar como algo normal que sucede junto el envejecimiento. Es por ello que la artrosis es tan usual en las personas de edad avanzada.

En personas más jóvenes nos encontramos con escenarios que facilitan la aparición de la artrosis debido a sobrecargas intensas o movimientos repetitivos que excedan lo que nuestras articulaciones pueden soportar. Los esfuerzos excesivos se producen a menudo en la esfera del deporte competitivo o en el mundo laboral, en ambos casos es posible por motivos diferentes llevar al cuerpo a situaciones límites e inevitables si se desean alcanzar ciertos objetivos.

El sobrepeso, favorecerá la aparición de una artrosis temprana, los kilos de más actuarán como agravante en la evolución de la patología. Las articulaciones deberán soportar cargas para las que no han sido diseñadas, al mismo tiempo resulta muy común que quien padece obesidad no lleve una vida muy activa, así que junto a una debilidad muscular se añade una carga excesiva, no hay musculatura que amortigüe los impactos y el cartílago resultará dañado.

En algunos casos se ha observado una cierta predisposición familiar, una herencia ingrata y anticipada. La artrosis puede aparecer con mayor facilidad en articulaciones afectadas por accidentes que han causado un traumatismo grave, anomalías en la postura corporal e incluso diversas patologías pueden favorecer el desarrollo de una artrosis temprana.

En todos los casos mencionados podemos ayudar a nuestros pacientes a mejorar su calidad de vida por medio de la fisioterapia, junto a las terapias clásicas la diatermia capacitiva y resistiva puede aportar una mejora significativa de los síntomas tanto en personas mayores como en deportistas o trabajadores que están sometidos a sobrecarga, los efectos analgésicos, antiinflamatorios y antiespásticos de la diatermia capacitiva y resistiva nos permiten ser muy resolutivos en el tratamiento rehabilitador de la artrosis. Siempre teniendo cuenta que aplicaremos nuestros conocimientos para aportar a nuestro paciente una serie de actividades a realizar en su vida diaria que le harán sentirse responsable y colaborador activo en el mantenimiento de su salud así como de su calidad vital.