Esmeralda Banacloy
Fisioterapeuta. Autora del Libro Diatermia Capacitiva y Resistiva
DIATERMIA / RADIOFRECUENCIA EN EL TRATAMIENTO DE LA ALOPECIA. Pérdida de cabello
Se considera alopecia a todo tipo de pérdida de cabello. Aun siendo una patología benigna hemos de considerar que puede ser la manifestación de otra patología, como, por ejemplo: síndromes hereditarios, lupus eritematoso, dermatosis bacterianas, esclerodermia, liquen plano, sífilis, tiña, secuela de la Covid-19, efectos secundarios a radiaciones ionizantes o químicos. Si este es el caso, si queremos obtener buenos resultados en el tratamiento de la alopecia, antes se debe tratar la patología que la ocasiona.
Es por tanto imprescindible un diagnóstico eficaz para poder realizar un tratamiento adecuado. Existen alopecias irreversibles entre las que se encuentran, por ejemplo, las secundarias a quemaduras. Las alopecias cicatriciales suponen una lesión definitiva del folículo y también del área de la piel próxima a este. En este artículo trataremos las alopecias reversibles, puesto que nuestro objetivo es aportar soluciones y tratamientos eficaces en la pérdida del cabello.
El tratamiento irá enfocado a la regeneración capilar, estimulando la eclosión de los folículos pilosos restantes y conservando los existentes. El diagnóstico si además de acertado es precoz, nos permitirá lograr los mejores resultados, tanto en las alopecias generalizadas como localizadas.
Las alopecias más comunes que podemos tratar son: las alopecias androgénica, la areata y la difusa.
La alopecia androgénica o androgenética masculina es la forma más común de calvicie y se manifiesta en mayor grado a partir de los 40 años. Aunque afecta a ambos sexos tiene una incidencia mayor en hombres que en mujeres. Implica una regresión del folículo, siendo una patología relacionada fundamentalmente con la herencia genética y con el nivel de andrógenos.
La afectación comienza por la pérdida de cabello en la frente y en las sienes, lo que popularmente se denominan como “entradas”. Posteriormente se produce una disminución de la densidad del cabello a nivel general y especialmente en la zona de la coronilla. El pelo pierde grosor y parece tender más hacia la vellosidad que al cabello firme.
Cuando comienza a manifestarse, si no se trata, su evolución es imparable, más aún si la pérdida de cabello comienza a una temprana edad. Los parámetros en los que se establece la alopecia tienen diferencias en cuanto a los patrones en que se manifiestan.
La alopecia androgénica femenina se encuentra también en relación con los andrógenos. No implica como en los hombres una pérdida total del cabello, sino un debilitamiento progresivo que reduce la densidad capilar, el grosor y la longitud, pero que difícilmente genera claros como coronillas o entradas en la frente. Para que un tratamiento sea eficaz deberá estimular el riego sanguíneo, mejorar la nutrición capilar y favorecer la eliminación de los metabolitos tóxicos.
La alopecia areata no tiene un origen del todo clara, aunque los datos orientan hacia una patología de carácter autoinmune. Se identifica por la pérdida de cabello en una o múltiples zonas, en áreas definidas. Es, sobre todo al comienzo, potencialmente reversible. Siendo una patología benigna, entre sus agravantes se encuentra, en muchas ocasiones, la alteración del estado emocional de quien la sufre. Lo cual complica la evolución ya que la ansiedad es un elemento esencial que agrava la patología.
La alopecia difusa se puede localizar en cualquier territorio del cuero cabelludo. Sus causas son muy variadas, desde desnutrición a déficits de Zinc, cobre, hierro o vitamina C, neoplasias, diabetes, insuficiencia renal, e incluso la ingesta de diversos tipos de tóxicos o fármacos pueden ser los desencadenantes de este tipo de calvicie. El conocimiento de la causa concreta facilitara enormemente el tratamiento adecuado.
El efluvio telógeno agudo es un tipo de alopecia caracterizada por una alteración del ciclo de crecimiento del pelo, en la que se da un cambio brusco de la fase de crecimiento capilar (anágena) a la de reposo o telógena. En esta fase la papila no recibe alimento lo que hace que la raíz se contraiga y caiga el cabello. El efluvio telógeno agudo ocasiona que muchos cabellos lleguen al mismo tiempo al estado de vejez, produciendo una caída significativa. Esta es una de las secuelas que sufren pacientes que han pasado la Covid-19. En este caso el daño de la raíz es producido tanto por la gran liberación de citoquinas proinflamatorias, el estrés sufrido durante la enfermedad, alteraciones hormonales, la ingesta de medicamentos y por supuesto déficits nutricionales. En este tipo de alopecia se recomienda tanto el cepillado como el lavado frecuente del cabello, de 3 a 4 veces a la semana. El objetivo es eliminar todo el pelo que ha madurado y que tarde o temprano acabará cayendo y acelerar la fase de recrecimiento.
Podemos observar como la nutrición adecuada es un elemento esencial, ya que evitarán las carencias de substancias fundamentales para el crecimiento del cabello. Podemos aconsejar a nuestros paciente que tomen suplementos dietéticos como Vit B12, B6 y A, ácido fólico, zinc, cobre, hierro, L-Cisteína, melatonina a dosis bajas etc. Además, cuidar el cabello, aplicar sérums que regulen el ciclo capilar, evitar el exceso de grasa en el cuero cabelludo y prestar atención a los condicionamientos psicológicos, serán de ayuda en todo caso.
Los tratamientos farmacológicos con minoxidil y finasterida, individualmente o en combinación, recetados por un especialista, mejoran la circulación y por tanto favorecen el desarrollo del bulbo piloso. No debemos olvidar las posibles reacciones adversas: cefaleas, picor, dermatitis alérgica, inflamación local, dermatitis irritativa e hipotensión, por todo ello, son productos que están contraindicados en pacientes con cardiopatías, nefropatías y patología hepática, en resumen: siempre deben ser administradas bajo estricto control médico.
Finalidad del tratamiento con diatermia /radiofrecuencia en la alopecia
Como ya hemos señalado, objetivo del tratamiento se orienta a activar la microcirculación, mejorar la nutrición del bulbo piloso y eliminar los elementos de desecho. Dicho así parece sencillo, pero podemos asegurar que la diatermia es la única técnica de electroterapia capaz de conseguir este objetivo en cada sesión de tratamiento.
Al mismo tiempo que aplicamos la diatermia podemos aprovechar su potente efecto de vehiculación de principios activos, realizando una “mesoterapia virtual”, al aumentar la permeabilidad de la piel y facilitando la penetración y distribución de estos. Hemos de tener en cuenta que sean sustancias compatibles con la aplicación de la diatermia y no se desnaturalicen con el aumento de la temperatura.
Los efectos de la diatermia son múltiples y, correctamente aplicados, sin efectos secundarios. El estado de fiebre local que se provoca en los tejidos tratados acelera los procesos de regeneración tisular. Por hacer un breve resumen señalaremos que:
1.- Al elevar la temperatura localmente se provoca un estímulo del riego sanguíneo, se produce de forma refleja vasodilatación y activación de la circulación. Conforme se repiten las sesiones se forman neovénulas y neoarteriolas, responsables de la mejoría del riego sanguíneo a largo plazo y por tanto de la nutrición y oxigenación tisular.
2.- Reducción de los metabolitos tóxicos. La estimulación de la circulación hemolinfática, y por tanto el drenaje venoso y linfático, favorece la reducción de la concentración de catabolitos y sustancias tóxicas, facilitando su eliminación.
3.- Aceleración de los procesos de regeneración, por elevación del consumo de oxígeno y aporte de nutrientes. Al elevarse la temperatura se favorece la acción de las mitocondrias, el aporte de ATP extra proporciona la energía necesaria para el proceso de restablecimiento del equilibrio.
Aunque la diatermia produce otros efectos no los mencionamos ya que consideramos los anteriores como fundamentales en el proceso anticaída y regeneración del cabello. Conviene recordar que su aplicación no conlleva los efectos secundarios de la farmacología común aplicable en la alopecia.
PROTOCOLO DE TRATAMIENTO CON DIATERMIA / RADIOFRECUENCIA EN ALOPECIA.
Sesiones de tratamiento iniciales: nueve sesiones, tres por semana, después de tres semanas hemos de ver nuevo cabello, en caso de que no surjan en este periodo no se aconseja continuar. En la mayor parte de los tratamientos veremos emerger cabello con fuerza.
Frecuencia de tratamiento: tras las primeras nueve sesiones con la frecuencia que hemos indicado, y si percibimos que surge nuevo cabello, continuaremos con dos sesiones semanales hasta completar los dos-tres primeros meses, según la evolución, pasaremos a una sesión semanal, que poco a poco pasará a quincenal y posteriormente a una vez al mes. Si se percibe que se reinicia la pérdida de cabello volveremos a intensificar la frecuencia del tratamiento.
Duración de la sesión: dependiendo del paciente, ya que aquellos en los que se observa un fuerte componente de estrés se verán beneficiados especialmente de un tratamiento relajante extra, que aplicaremos en la zona del “triángulo emocional” cuya área se encuentra entre las vértebras cervicales superiores y ambas escápulas. En estos casos, realizaremos 15 minutos de tratamiento con la modalidad capacitiva, placa pasiva en el pecho o abdomen, electrodo mediano o grande.
En el resto de los casos: de 15 a 20 minutos. Sobre el cuero cabelludo, según la superficie a tratar y el tamaño del electrodo que podamos utilizar en cada caso.
Modalidad de aplicación: capacitiva siempre, tengamos en cuenta que lo que buscamos fundamentalmente es mejorar el riego sanguíneo del cuero cabelludo, si aplicásemos la modalidad resistiva calentaríamos fundamentalmente el cráneo y el cerebro.
Frecuencia: preferiblemente frecuencias altas de 0.9 a 1 MHz, es un tratamiento muy superficial.
Tamaño del electrodo: en principio el que mejor se adapte a la zona, en la medida de lo posible recomendamos utilizar el electrodo mediano o grande, ello nos obligará a utilizar mayor cantidad de crema para mejorar la conductividad. Los electrodos más grandes nos permiten incrementar los resultados, ya que introducen mayor cantidad de energía por unidad de tiempo, sin que ello resulte desagradable al paciente.
Sensación térmica: trabajaremos con intensidades en las que el paciente experimente una sensación térmica suave, agradable, grado II-III, siempre dentro de una experiencia sensorial grata. Buscamos más la hiperemia que la hipertermia, el aumento del riego sanguíneo se logra desde el primer momento en que el cliente nos indica que percibe calor agradable.
Colocación de la placa: aplicaremos una geometría longitudinal media, colocando la placa de retorno a nivel interescapular.
Recomendaciones: mantener siempre una sensación térmica agradable, si utilizamos ampollas anticaida o productos que le han sido recomendados por su médico aplicarlas directamente sobre el cuero cabelludo con un leve masaje o mezclar con la crema de radiofrecuencia, en ambos casos se facilitará su penetración y se potenciará su eficacia.
Precauciones: atención a la falta de sensibilidad térmica y/o dolorosa. Si el paciente no puede informarnos correctamente de la sensación térmica corremos el riesgo de no producir efecto alguno e incluso de producir una quemadura.
Resultados: como es de suponer cada paciente va a responder en base a sus particularidades personales, no existe un patrón único. Los resultados se han de empezar a apreciar a partir de la tercera semana, y así sucederá en la mayor parte de las ocasiones, en caso de que no veamos surgir cabello pasado ese tiempo nuestra recomendación es no continuar con el tratamiento, ya que si no se han conseguido resultados en ese período de tiempo es difícil que sucedan. Pudieran surgir cabellos si continuamos el tratamiento; pero el resultado es mucho más incierto.
Contraindicaciones:
Las mismas que tiene la diatermia en cualquier aplicación estético o dermatofuncional y por extensión las generales que indicamos en el apéndice de contraindicaciones que incluyen todas las de la media y alta frecuencia.
Neoplasias
Embarazo
Marcapasos
Infecciones
Prótesis metálicas, implantes auditivos o bombas de insulina.