Esmeralda Banacloy Martínez
Fisioterapeuta
Autora de: Libro Diatermia Capacitiva y Resistiva y Cursos Online de Therapy Global Solutions
TRATAMIENTO DEL IMPINGMENT DE HOMBRO CON DIATERMIA REATHERM. NEURODIATERMIA
Al impingement de hombro también se le conoce como: Síndrome del desfiladero subacromial, Pinzamiento del hombro o Síndrome de impactación subacromial. Cuando el hombro realiza determinados movimientos se produce una compresión de estructuras blandas tales como: el tendón del maguito rotador, fascia y la bursa subacromial, contra el arco acromial, que está configurado por: la apófisis coracoides, el acromion, la articulación acromioclavicular y el ligamento acromiocoracoideo.
El manguito rotador está formado por los tendones de cuatro músculos: supraespinoso, infraespinoso, redondo menor y subescapular, que se unen para dar lugar a un tendón común que viene a insertarse en la cabeza del húmero. En conjunto, la función principal de estos cuatro músculos es aportar estabilidad dinámica a la articulación del hombro, y por separado cada uno realiza una acción. El músculo subescapular es rotador interno del húmero, tanto el infraespinoso como el redondo menor son rotadores externos, y el supraespinoso realiza los primeros grados de abducción del hombro desde los 0º a los 30º.
El impingement de hombro supone una inflamación o lesión de alguna parte o todas ellas. Es una patología muy frecuente tanto en el ámbito laboral (pintores, limpia ventanas, decoradores…) como en el deportivo, sobre todo en aquellas disciplinas en las que prevalecen gestos deportivos que conllevan la elevación del brazo y antebrazo por encima de la cabeza, para propulsar una pelota, jabalina o elevar un peso. Además, procesos degenerativos propios de la edad también pueden ocasionar alteraciones importantes a este nivel. Las lesiones del manguito rotador son aproximadamente el 70% de las omalgias referidas por los pacientes, y la tercera causa de consulta en atención primaria después de las lumbalgias y las cervicalgias.
La lesión del manguito rotador se clasifica en 3 estadios en función de la gravedad de esta:
Grado I: es la más leve, aguda y tiene un buen pronóstico realizando tratamiento conservador. Se da fundamentalmente en jóvenes deportistas, y suelen presentar dolor en cara anterior y lateral del hombro, edema, y en ocasiones hemorragia. Es el tendón supraespinoso el afectado con mayor frecuencia, aunque puede observarse tendinopatía en varios tendones del manguito. No hay engrosamiento ni roturas, y el dolor se manifiesta en la aducción entre los 70º y 120º.
Grado II: se da en personas más mayores, suele estar relacionado con sobre solicitación durante la actividad profesional o deportiva. Hay inflamación, engrosamiento y fibrosis de tendones y bursa, crepitaciones, e incluso puede llegar a evidenciarse microrroturas, provocando todo ello cierta limitación de la movilidad. El paciente refiere sobre todo dolor nocturno y cuando realiza movimientos de elevación y abducción del hombro. Tratamiento conservador en la mayoría de los casos.
Grado III: es el más grave, hay un deterioro notable del tendón, el paciente presenta incapacidad funcional progresiva, y hay roturas totales o parciales del tendón. En principio el tratamiento es quirúrgico.
Las principales causas de tendinopatías del manguito rotador son:
- Movimientos repetidos y mantenidos en el tiempo.
- Postura incorrecta de los hombros.
- Disminución del espacio subacromial (traumatismos, artrosis, bursitis, variantes anatómicas del acromion…).
- Alteraciones de la estabilidad articular (disfunciones neuromusculares, inestabilidad y laxitud capsular.
- Esclerosis subcondral.
- Cambios quísticos, presencia de osteofitos, calcificaciones tendinosas.
- Enfermedades sistémicas como la artritis reumatoide, artritis reactiva, gota…
- Traumas, como caídas sobre el hombro.
- Roturas agudas producidas al levantar una carga pesada.
La sintomatología en las lesiones agudas es el dolor intenso, agudo y persistente con incapacidad funcional. En las lesiones crónicas, fundamentalmente se percibe dolor sordo e insidioso, que va aumentando en intensidad y duración conforme avanza la patología, debilidad o impotencia para abducir o flexionar el hombro.
El diagnóstico se realiza basándose en:
- La anamnesis, dónde se le preguntará al paciente sobre su actividad laboral, deportiva, enfermedades previas, etc.
- Inspección, para valorar si existe atrofia muscular del supraespinoso, infraespinoso y deltoides, lo cual es bastante común en tendinosis avanzadas.
- Valoración del dolor a la palpación, localizado fundamentalmente a la altura del acromion anterior y del troquiter en su cara anterior.
- La realización de pruebas como la del impingement de Neer, signo de Hawkins, maniobra de Patte y la de Jobe, entre otras.
- Exámenes complementarios como RX, ecografía, artroscopia y RNM.
Es importante tener un buen diagnóstico diferencial, ya que no todos los dolores del hombro son debidos a una patología del manguito rotador y hay bastantes patologías que pueden dar una sintomatología muy parecida como, por ejemplo: la tendinitis bicipital, el hombro congelado, artrosis acromioclavicular, radiculopatía cervical, neuropatía del supraescapular, lesiones del labrum, artrosis gleno-humeral, enfermedades como la fibromialgia, reumatismos, etc.
El tratamiento en un principio debe ser conservador, y consiste básicamente en actuar sobre la causa de la inflamación, evitando en la medida de lo posible todos los movimientos o posturas incorrectas que inflamen o lesionen el tendón del manguito rotador, además, debemos tratar el dolor, la inflamación y recomendar que el paciente realice tanto ejercicios de estiramiento como de potenciación muscular, de forma siempre indolora, para mejorar el rango de movilidad articular y evitar la pérdida del balance muscular. Cuanto más precoz sea el diagnóstico y tratamiento mejor será el pronóstico. En casos más graves, como una rotura traumática del tendón en una persona joven y activa, en pacientes con una importante incapacidad funcional o tras el fracaso del tratamiento conservador después de 4-6 meses de evolución, se recurre a la cirugía.
Con el tratamiento diatérmico buscamos principalmente reducir al máximo el tiempo de recuperación y tratar con la mayor eficacia los síntomas tanto en:
Fases más agudas: inflamación y dolor, trabajando con sensaciones térmicas muy suaves o incluso atérmicas.
Fases crónicas: musculatura hipertónica o acortada en el brazo, pecho y la cintura escapular, incapacidad funcional y dolor cronificado.
Tras la cirugía: para acelerar el proceso de regeneración tisular, disminuir la inflamación, el dolor y evitar en la medida de lo posible secuelas. Trabajando con la diatermia como si se tratase de un caso agudo.
Tratamiento del dolor en el Impingement de hombro con Neurodiatermia
Cuando la tendinopatía se hace crónica, bien por falta de tratamiento o por no recibir el adecuado, el dolor se vuelve constante e incluso incapacitante. En estos casos es necesario aplicar la Neurodiatermia Reatherm, para neuromodular de forma segura y no invasiva las raíces sensitivas, los trigger point y los puntos motores de los grupos musculares afectados, fundamentalmente bíceps braquial.
Programaremos el equipo de diatermia con una modulación del 100 Hz y una frecuencia de 300 KHz. Realizaremos la técnica de los tres máximos, que consiste en mantener el electrodo fijo sobre la estructura elegida y subir hasta aproximadamente el 40% de la potencia del equipo, lo mantenemos en la misma posición hasta que el paciente nos diga que nota un calor bastante intenso, después retiraremos el electrodo y bajamos un 10% la potencia. Repetiremos este proceso un mínimo de tres veces, y la aplicaremos en todos los puntos que consideremos necesarios: puntos dolorosos, motores y los distintos trigger point que localicemos en el hombro del paciente. En la mayoría de los casos, al finalizar la sesión la disminución del dolor es muy notable y sin efectos secundarios.
La elevación de la temperatura en las terminaciones sensitivas provoca que la señal del dolor se conduzca con mayor dificultad, al tiempo que compite con la señal de calor en el asta posterior de medula espinal. El paciente experimenta una sensación de paso de corriente, que en ningún caso debe ser molesta o dolorosa, además de una sensación más o menos intensa de calor; que tampoco ha de ser desagradable o molesta.
El efecto terapéutico de la diatermia se experimenta mientras aplicamos la terapia, y sus potentes efectos perduran tras el tratamiento, así como la mejora de la movilidad articular y el aumento de elasticidad de los tejidos. La evolución del cuadro se produce en lo que llamamos “dientes de sierra”. Con cada nueva sesión de tratamiento la mejoría se va instaurando y el dolor se reduce conforme se realizan las sesiones.
Diatermia Capacitiva para el tratamiento agudo del Impingement de hombro
Emplearemos la técnica capacitiva para incrementar el flujo sanguíneo en la zona de tratamiento, buscando un efecto esencialmente antiinflamatorio, analgésico y relajante muscular. En el caso de que además de la tendinitis del manguito rotador el paciente sufra de bursitis subacromial, la técnica capacitiva nos ayudará a disminuir la irritación e inflamación de la bursa.
Aplicación de la técnica capacitiva: desplazaremos el electrodo capacitivo abarcando toda la articulación del hombro, bíceps, cintura escapular y cuello, realizando movimientos circulares y lineales lentos. Utilizaremos el electrodo de mayor tamaño.
Intensidad: en casos agudos o tras intervenciones quirúrgicas comenzaremos programando el equipo a intensidades bajas entre 10-15%, y si el paciente nota, aunque sea calor leve, reduciremos la potencia hasta que no perciba sensación térmica alguna en la zona del tendón del manguito rotador. Cuando trabajemos la musculatura aumentaremos la potencia hasta que el paciente nos indique que percibe una sensación térmica elevada pero agradable.
Colocación de la placa pasiva: emplearemos una geometría trasversal en decúbito supino y decúbito lateral, y longitudinal cuando el paciente se encuentre en decúbito prono y sedestación. Se aconseja poner un poco de crema conductora en la placa pasiva, y evitar colocarla dónde haya protuberancias óseas.
Tiempo: depende de la amplitud de la zona a tratar, si tratamos básicamente la articulación del hombro de 10 a 12 minutos es suficiente. Por el contrario, si nos extendemos hasta en hombro, cuello y cintura escapular, lo aconsejable es prolongarlo hasta los 20 minutos.
Frecuencia: 500 KHz.
Diatermia Resistiva para el tratamiento agudo del Impingement de hombro
Aplicación de la técnica resistiva: en el caso de que moleste el roce con el electrodo podemos aplicar la técnica resistiva dejándolo fijo en el cuello o en la articulación del hombro. Si no resulta molesta la sensación de deslizamiento, podemos alternar la aplicación estática resistiva con la aplicación dinámica, desplazando el electrodo tal y como hacíamos en la técnica capacitiva, procurando evitar en todo momento que se perciba calor. El tamaño del electrodo será el grande. Se recomienda realizar movilizaciones pasivas y estiramientos suaves una vez haya disminuido el dolor y la inflamación.
Intensidad: trabajaremos en atérmico, al igual que con la técnica capacitiva, con la finalidad de modular la inflamación a nivel del tendón. Conforme mejore la sintomatología, en fase subaguda, buscaremos una sensación térmica suave, grado II.
Colocación de la placa pasiva: si el paciente se sitúa en decúbito lateral, tal y como se muestra en la imagen, podemos ubicar la placa en el hombro contrario o en la parrilla costal que apoya en la camilla.
Tiempo: entre 7 y 10 minutos aproximadamente.
Frecuencia: 500 KHz.
Diatermia Capacitiva para el tratamiento crónico del Impingement de hombro
Emplearemos la técnica capacitiva para procurar relajar la musculatura, disminuir el dolor y activar la circulación, tanto sanguínea como linfática. En esta fase no suele haber inflamación tendinosa, sino que comienzan a aparecer signos degenerativos en el tendón.
Aplicación de la técnica capacitiva: desplazaremos el electrodo capacitivo en toda la musculatura del brazo, pecho, cuello, hombro y cintura escapular.
Intensidad: comenzaremos programando el equipo Reatherm a intensidad media e iremos subiendo hasta un 50-65%, buscamos trabajar con una sensación térmica alta pero agradable, grado III.
Colocación de la placa pasiva: utilizaremos los mismos emplazamientos que en la fase aguda.
Tiempo: dependiendo de la amplitud del territorio a tratar, entre 15-20 minutos.
Frecuencia: 500 KHz.
Diatermia Resistiva para el tratamiento crónico del Impingement de hombro.
Si la causa de la patología no cede o no recibe el tratamiento adecuado, la lesión se agrava con el tiempo, produciendose cambios degenerativos en el tendón. En esta situación lo que se recomienda, antes de que el tendón se rompa, es combinar el tratamiento diatérmico resistivo con movilizaciones suaves tanto de la articulación escapulohumeral como de la escapulotorácica, estiramientos de la musculatura acortada y fortalecimiento del manguito rotador, deltoides, bíceps y de los estabilizadores de escápula (trapecio, romboides, dorsal ancho y pectoral mayor.
Aplicación de la técnica resistiva: de la misma forma que si fuese un caso agudo.
Intensidad: buscaremos una sensación térmica grado II, calor agradable, pero no hipertermia. Comenzaremos programando el equipo a intensidad media y procuraremos que el paciente nos informe constantemente de la sensación percibida.
Colocación de la placa pasiva: geometría trasversal.
Tiempo: entre 7 y 10 minutos aproximadamente
Frecuencia: 500 KHz.
Para evitar recidivas es importante realizar un buen trabajo de reeducación propioceptiva, flexibilidad y fortalecimiento. También recomendaremos al paciente hacer pausas frecuentes, sobre todo cuando tenga que llevar a cabo actividades que incluyan movimientos monótonos, además de, realizar cambios en dichos movimientos, evitar posturas forzadas, calentar la musculatura antes de cualquier actividad que suponga un esfuerzo importante, y estirar tanto antes como después de la actividad.